PRESENTACIÓN DEL REPRESENTANTE DE LA
COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE,
SR.
MARTÍN HOPENHAYN
La importancia de categorías
como raza y etnicidad reside en que a través de la historia y hasta nuestros
dias, rasgos físicos y biológicos como el color de la piel, el
grupo de sangre o, de otro lado, la cultura a la cual se pertenece, son causa
de desigualdad, discriminación y dominación de un grupo frente
a otro.
La construcción
de una terminología y una estructura ideológica de la raza es
de antigua data en América Latina y el Caribe, y su mayor desarrollo
se produce entre los siglos XVI y XVIII, durante las fases de descubrimiento,
conquista colonización de América por parte de las naciones europeas.
La misma idea de superioridad racial europea fue parte esencial en la construcción
de imágenes culturales de conquistados y conquistadores. En América
Latina y el Caribe, el dominio de territorios, la apropiación de la riqueza
natural, la hegemonía política y cultural, el sometimiento o la
evangelización, y la incorporación de mano de obra a las faenas
agrícolas y mineras, fueron eslabones del sometimiento y la discriminación
de pueblos
indígenas y poblaciones afroamericanas mediante el llamado "servicio
personal" o "encomienda", y en la esclavitud o trabajo forzado.
Hoy existen en America
Latina y el Caribe entre 33-40 millones de indígenas divididos en unos
400 grupos-pueblos étnicos, cada uno de los cuales tiene su idioma, su
organización social, su cosmovisión, su sistema económico
y modelo de producción adaptado a su ecosistema. La población
afrolatina y afrocaribeña alcanza unos 150 millones de habitantes que
comprenden cerca del 30% de la población total de la región.
Tras siglos de exclusión
y dominación, a principios del nuevo milenio los pueblos indígenas,
afrolatinoamericanos y afrocaribeños padecen los peores indicadores económicos
y sociales y tienen escaso acceso a instancias de la decisión . Además,
la discriminación étnica y racial también está en
la base de los sentimientos xenofóbicos de los países de América
Latina y el Caribe. Tal discriminación se transfiere al otro extranjero,
sobretodo si no es blanco y migra desde países con mayor densidad de
población indígena o afroamericana.
Frente a los problemas asociados a la discriminación étnica y
racial es necesario avanzar en el campo de la suscripción, ratificación
y el seguimiento de tratados, declaraciones, convenios y acuerdos de la comunidad
internacional; y promoviendo el debate público y político para
ligar los procesos democráticos a las demandas de derechos colectivos
de grupos y pueblos definidos por su especificidad cultural y su postergación
histórica. Pero esto debe también conjugarse con la promoción
de igualdad de oportunidades des desarrollo social, lo que se desglosa en intervenciones
sectoriales, tales como: educación multicultural y bilingüe para
zonas de presencia indígena; la promoción de mayor comunicación
a distancia y presencia politica de pueblos indígenas y grupos afroamericanos;
mecanismos de acción positiva o afirmativa para contrarrestar la discriminación
historica en acceso a puestos de trabajo; y respeto a la propiedad vernácula
sobre tierra y territorio.
América Latina y
el Cari be enfrentan aquí un doble desafío. Por un lado, la revalorización
de las identidades y el avance hacia Estados pulriétnicos y multiculturales
en algunos casos, y en otros casos de una institucionalidad que reconozca claramente
los derechos colectivos de las minorías, que en algunos casos son mayorías.
El otro gran desafio es cultural, e implica batallar día a día,
y en todos los campos, con la terca persistencia del estigma de la negacion
del otro, que se expresa en los temores y desprecios cotidianos hacia ese otro
que puede ser distinto por su procedencia étnica, racial o nacional.
El desafío es compatibilizar
la libre autodeterminacion de los pueblos, con políticas económicas
y sociales que hagan efectivos los derechos de tercera generación, reduciendo
la brecha de ingresos, de patrimonios, de seguridad human a y de acceso al conocimiento.
Distinguidos delegados, revertir una larga historia de discriminación étnica, racial y cultural implica hacer efectivos los derechos colectivos que aboguen por la mayor opción de pueblos y minorías a apropiarse de sus destinos. En esto tenemos un reto que toca a gobiernos, medios de comunicación, enclaves de formación de valores, instituciones que regulan relaciones entre grupos, la sociedad civil y la comunidad internacional. Tanto más profundas las huellas históricas del racismo, la discriminación y la intolerancia, tanto más diversos los medios requeridos para revertirlas, sanarlas y repararlas.
Muchas gracias.