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Xº Congreso de las Naciones Unidas
sobre Prevención del Delito y Justicia Penal,
Salvador, Brasil, del 12 al 19 de abril de 2010

Décimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente

Prevención del delito ... y reducción de su costo

En los últimos decenios los delitos han aumentado considerablemente, y también sus costos. Las naciones están dedicando cuantiosas sumas a la protección de la salud y los bienes, así como a la policía, el enjuiciamiento, las cortes y las prisiones. La lucha contra el delito consume cerca del 5% del producto nacional bruto (PNB) en los países desarrollados y hasta el 14% en los países en desarrollo, según revela un estudio realizado recientemente.
Pero las sumas gastadas han tenido pocos efectos en cuanto a imprimir un cambio de sentido a la tendencia de las tasas de delincuencia o a reformar a los delincuentes. El número de reincidentes entre los ex reclusos -que excede del 50% en muchos países- sigue siendo desalentadoramente elevado.

Como la delincuencia opone una tenaz resistencia a los denominados esfuerzos «punitivos» que se realizan para combatirla, el interés de los expertos jurídicos se ha ido desplazando gradualmente hacia métodos innovadores de prevención de la criminalidad, en lugar de centrarse en el castigo. Varios estudios han arrojado que la prevención del delito puede reducir considerablemente los delitos y los costos.

Por ejemplo, la delincuencia en los lugares públicos puede reducirse mediante la utilización de guardias de seguridad civiles -contratados entre los desempleados- y de televisión en circuito cerrado. Y es menos probable que los jóvenes desfavorecidos sean detenidos si se les capacita en la adquisición de aptitudes o se les ofrecen incentivos para que terminen sus estudios en la escuela.

«Hay un número creciente de estudios que muestran que la prevención del delito está dando buenos resultados y que puede ser más rentable que los enfoques punitivos tradicionales», dice el Sr. Pino Arlacchi, Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas de Fiscalización de Drogas y de Prevención del Delito. «Estas estrategias no sólo son importantes para reducir los delitos convencionales, sino que pueden proteger a los jóvenes de los reclutadores de la delincuencia organizada», señaló.

Las estrategias de prevención del delito ocuparán un lugar importante en el programa del Décimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, que se celebrará en Viena en abril de 2000. Se prestará atención especial a la situación actual en materia de prevención del delito, a los nuevos desafíos que se plantean en esa esfera y, en particular, a la prevención de la delincuencia organizada.

En ese tema se centrará un seminario organizado conjuntamente por el Centro de las Naciones Unidas de Prevención Internacional del Delito y el Centro Internacional de Prevención del Delito, organización no gubernamental afiliada a las Naciones Unidas que tiene su sede en Montreal (Canadá). El Centro Internacional de Prevención del Delito fue establecido por varias naciones para reunir información y conocer las mejores prácticas sobre prevención del delito en todo el mundo.

Los delegados al Congreso centrarán su atención en dos direcciones importantes en materia de prevención del delito que han sido estudiadas en los dos últimos decenios: la prevención social y la prevención situacional.

Contener el impulso criminal

La función de la prevención social consiste en eliminar los problemas que puedan llevar a un joven a delinquir, talescomo el carácter inadecuado de los progenitores, bajo nivel de educación o un deficiente estado de salud física o mental. La comunidad presta su apoyo instruyendo a los jóvenes sobre el imperio de la ley, fortaleciendo las relaciones entre la policía local y la comunidad y estableciendo centros de recepción para los jóvenes desempleados o programas de tratamiento, de carácter voluntario, de adición a las drogas.

La estrategia ha producido resultados impresionantes. En el marco de un programa de cuatro años ejecutado entre 1989 y 1993 en cinco ciudades estadounidenses-el Quantum Opportunities Programme- se pagó a jóvenes desfavorecidos por las actividades que realizaron después de la escuela, entre ellas la instrucción de compañeros, la asistencia en tareas del hogar y la prestación de servicios comunitarios. Como resultado de ello las detenciones se redujeron en un 71%, según el Centro Internacional de Prevención del Delito. Por cada dólar invertido en el programa se recuperaron 3,68 dólares en economías por concepto de asistencia social y otros programas financiados por el gobierno, como los servicios de orientación de jóvenes y seguros de desempleo.

Un programa de dos años ejecutado entre 1980 y 1982 en Ottawa (Canadá) ofrecíó a niños desfavorecidos de 5 a 15 años de edad, de un complejo de viviendas para personas de bajos ingresos una serie de actividades gratuitas que incluían natación, judo, ballet, gimnasia y juegos de competición. El proyecto redujo la delincuencia en un 56% y produjo beneficios económicos de cerca de 2,14 dólares por cada 0,17 dólares invertidos en el programa.

La «asociación» con las autoridades, la policía o los círculos empresariales a escala local ha producido también resultados satisfactorios en la reducción de la delincuencia. En Sidney (Australia), la policía unió sus esfuerzos a los de los principales interesados en materia de robo de autos, entre ellos, automovilistas, fabricantes de autos, compañías de seguro, talleres de reparación y el gobierno local, para llevar a cabo una amplia gama de actividades de educación pública y adoptó medidas preventivas y disuasorias, como el establecimiento de estacionamientos más seguros. El plan redujo el robo de autos en un 25% en un año.

Reducir la tentación

La prevención del delito situacional utiliza la tecnología avanzada, la vigilancia y el diseño de edificios para protegerse de los posibles delincuentes. El resultado ha sido un aumento pronunciado en la esfera de la vigilancia privada y la seguridad, un aumento de la vigilancia por los residentes locales y por profesionales que no pertenecen a la policía y el empleo generalizado de recursos técnicos auxiliares, como la televisión en circuito cerrado y las cámaras de velocidad.

Algunos control de proyectos de prevención situacional patrocinados por los gobiernos han procurado influir en la planificación urbana y en el diseño arquitectónico, en un intento de frustrar los robos mediante fractura o con allanamiento, incluidos los robos de bancos. Otros se han centrado en la identificación de «puntos conflictivos» en materia de delito en zonas urbanas o en la prestación de ayuda a las víctimas -especialmente de la violencia en el hogar o de robos en el hogar- para evitar que se repitan los intentos.

La estrategia ha permitido que se obtengan resultados muy satisfactorios en la prevención de una amplia variedad de delitos, y actualmente forma parte de la política oficial de lucha contra la delincuencia en varios países europeos, entre ellos el Reino Unido, los Países Bajos y Francia.

En el marco de un proyecto que comenzó a ejecutarse en el Reino Unido en 1986, los funcionarios, la policía, los trabajadores sociales municipales y la universidad trabajaron conjuntamente para evitar siguieran cometiéndose delitos en la urbanización Kirkholt de viviendas subvencionadas por el ayuntamiento, en Rochdale. Los trabajadores del proyecto organizaron un programa de vigilancia del vecindario para proteger las casas que habían sido robadas y alentaron a los residentes a mejorar las cerraduras y los pestillos, así como a retirar los medidores eléctricos y de gas que funcionaban con monedas (para reducir la disponibilidad inmediata de dinero en efectivo).

A fines del tercer año de la aplicación del programa de Kirkholt se habían reducido los robos un 75%. La reducción de pérdidas por robo en los medidores de gas y electricidad y de bienes y de  bienes y de efectivo cubrió los gastos del programa, y por cada dólar invertido se economizaron 3,84 dólares por concepto de tiempo dedicado por la policía a las pesquisas, enjuiciamiento, vigilancia de las personas en libertad condicional y la detención.

El programa aplicado en Kirkholt y otros programas de prevención del delito que tuvieron resultados satisfactorios persuadieron al Gobierno británico en 1998 de la necesidad de aprobar la Ley sobre el delito y el desorden, que asoció a las autoridades y a la policía local, junto con otros organismos, incluidos los servicios sociales, la educación, los servicios de vigilancia de las personas en libertad condicional, la protección de menores y las cortes, en el establecimiento de estrategias encaminadas a fortalecer la seguridad en las comunidades. El Gobierno asignó cerca de 450 millones de dólares para un programa de tres años orientado a la lucha contra el robo y la violencia en los hogares, a cuestiones relacionadas con los jóvenes y las familias y a los servicios de la policía, entre otras.

«Los países desarrollados están invirtiendo -lentamente- en lo que resulta eficaz», dijo el Sr. Irwin Waller, Director del Centro Internacional de Prevención del Delito. Pero señaló que las limitaciones presupuestarias habían impedido que se realizaran gastos similares en los países en desarrollo, donde la prevención del delito constituía «una necesidad apremiante». «Si el Reino Unido está invirtiendo 450 millones de dólares, considérese cuán importante resulta para la comunidad internacional invertir en la prevención del delito en las ciudades de África o América Latina asoladas por la violencia», dijo.

Frustrar la delincuencia organizada

La prevención del delito gana cada vez más popularidad en la lucha contra la delincuencia organizada. Las estrategias fundamentales comprenden contrarrestar la atracción que ejercen los grupos delictivos mediante programas sociales y culturales en las escuelas o los medios de difusión, intensificando los esfuerzos para desalentar la delincuencia juvenil y reduciendo las posibilidades de la delincuencia organizada mediante la limitación de los mercados ilícitos. Por ejemplo, los proyectos de atención de la salud o las campañas de información pueden asfixiar los mercados delictivos mediante la reducción de la demanda de drogas ilícitas o servicios sexuales.

El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) ha iniciado varios proyectos orientados a aumentar la sensibilización de los gobiernos y el público respecto de los peligros de la trata de mujeres y niñas con fines sexuales. «Es necesario que rompamos el silencio y el tabú que rodean esta cuestión, de manera que se pueda tomar conciencia del problema y se pueda prevenir la trata de mujeres y niñas», dijo la Directora Ejecutiva del UNIFEM, Sra. Noleen Heyzer.

Un proyecto ha estado encaminado a educar a las niñas y al personal de orfanatos rusos de regiones remotas en relación con los peligros de la trata de mujeres. Los orfanatos alientan a los empleadores a dar empleo a las niñas, cuando  abandonan la institución a los 17 años. Pero muchos de esos «empleadores» están vinculados a traficantes internacionales, según la Sra. Heyzer.

El proyecto ya ha producido resultados positivos. «Los orfanatos están sometiendo a los contratadores a investigación, y las propias niñas están alertadas respecto de las posibilidades de que se las quiera utilizar para los fines de la trata», dijo.

Otro proyecto del UNIFEM, que utilizó casos  de mujeres y niñas nepalesas que habían sido engañadas para atraerlas a la prostitución, produjo una película de ficción en que se sigue el rastro a una red de traficantes desde Nepal hasta los burdeles de la India. La película, que se estrenó recientemente en Nueva Delhi (India), se exhibirá en aldeas de Nepal y en importantes salas de proyección de todo el Asia meridional.

Otras estrategias podrían impedir que la delincuencia organizada penetrara en la economía legítima. El contrabando, por ejemplo, podría combatirse mediante sistemas internacionales de calificación, y las utilidades de la delincuencia podrían reducirse con leyes más estrictas en materia de blanqueo de dinero. El aumento de la transparencia las administraciones públicas contribuiría a frustrar la corrupción.

El proyecto de convenio para la supresión de la delincuencia transnacional organizada (véase la Hoja Informativa No.1) y sus tres protocolos relativos a la trata de mujeres y niños, los migrantes y las armas de fuego ilícitas alientan a los gobiernos a emplear esas estrategias de prevención. El nuevo tratado, que proporcionará apoyo jurídico a la prevención del delito, también se examinará en el Décimo Congreso sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. El convenio deberá estar listo para su aprobación en la Asamblea General del Milenio, en el año en curso.

La prevención del delito en el futuro

Aunque numerosos proyectos han demostrado que la prevención del delito produce resultados satisfactorios, aún quedan obstáculos por superar. Han surgido debates de carácter ético. Algunos críticos sugieren, por ejemplo, que la prevención situacional podría ser perjudicial pues conduce a una «sociedad fortaleza» de personas desconfiadas que se atrincheran en sus hogares.

Los círculos empresariales han objetado el costo de algunas medidas. Los establecimientos de venta al detalle a menudo oponen resistencia cuando se les asesora sobre las formas de reducir el hurto porque también pueden desalentar la compra por impulsión. Las compañías de seguros pueden mostrarse remisas a investigar reclamaciones de dudosa legitimidad, porque les cuesta menos pagar todas las reclamaciones con un mínimo de fiscalización.

Otro obstáculo fundamental es la falta de financiación de los gobiernos, que tradicionalmente se ha dirigido a fortalecer los sistemas de justicia penal y no a la prevención del delito. Aunque los gastos relacionados con la prevención del delito situacional y en las comunidades han aumentado en los últimos dos decenios y cuestiones tales como el desarrollo del niño han comenzado a despertar más interés, la necesidad de dinero para financiar investigaciones en el futuro es aún muy apremiante.

Se necesitarán fondos para aplicar las técnicas de prevención del delito a delitos más contemporáneos, como la delincuencia organizada y transnacional, los delitos contra los migrantes y turistas y los delitos en la esfera de la informática. Los niveles actuales de esos delitos podrían aumentar considerablemente en la medida en que el comercio y los intercambios adquieren mayor alcance mundial, los viajes de negocios y de placer se incrementan y las fronteras tradicionales se abren.

Publicado por el Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas
DPI/2088/A

 

 

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