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Dr. Peter Piot,
Director Ejecutivo del ONUSIDA
Alocución pronunciada ante la Reunión de Alto
Nivel de la Asamblea General de las Naciones
Unidas sobre el SIDA
Serie de sesiones de alto nivel
Nueva York, 2 de junio de 2006
Sr. Presidente, Excelencias, distinguidos Delegados, señoras y señores, amigos:
Hago uso de la palabra ante ustedes para hablar también en nombre de los jefes ejecutivos
de las 10 organizaciones copatrocinadoras del ONUSIDA.
Excelencias:
Tal como hemos escuchado durante esta semana, los resultados sobre el terreno ponen de
manifiesto que la Declaración de compromiso de 2001 marcó un verdadero punto de
inflexión en la lucha contra el SIDA.
Como hemos llegado tan lejos, es mucho más aún lo que está en juego hoy: perder impulso
ahora, fallar ahora, sería imperdonable.
Tengo entendido que esta mañana se alcanzó un acuerdo en un proyecto de declaración.
Confío en que puedan aprobarlo, porque así pasaríamos a la siguiente fase.
Excelencias, amigos:
Hemos recorrido un largo trecho, pero aún nos queda mucho camino por delante.
Y el porvenir es claro.
Debemos concluir esta reunión con una decisión de que los planes nacionales y mundiales
concederán tanta prioridad a la lucha contra el SIDA como los países conceden a promover
el crecimiento económico o a mantener la seguridad.
No hay otra alternativa, porque el SIDA es una crisis de desarrollo de largo plazo, no
simplemente una emergencia inmediata.
Debemos concluir esta reunión con una decisión de obtener los más de 20.000 millones de
dólares anuales necesarios a partir de 2008.
No hay otra alternativa, porque cada dólar de menos es un déficit mortal.
Debemos concluir esta reunión con una decisión de acelerar nuestros esfuerzos hacia el
acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo del VIH.
No hay otra alternativa, porque solamente el acceso universal puede evitar que la epidemia
estreche el cerco alrededor de las próximas generaciones.
Debemos concluir esta reunión con una decisión de que los países ricos y pobres harán lo
que sea preciso para desarrollar con celeridad microbicidas, mejores medicamentos y
vacunas, y para asegurar el acceso a estos productos básicos.
No hay otra alternativa, porque necesitamos todos los medios para luchar contra esta
epidemia.
Excelencias, debemos concluir esta reunión con una decisión de sumar una respuesta a
largo plazo al siempre tan necesario enfoque de gestión de crisis.
Una respuesta que esté arraigada en el cambio social, porque debemos abordar los
factores impulsores fundamentales de esta crisis, incluidos la baja condición social de la
mujer, la violencia sexual, la homofobia, y el estigma y discriminación relacionados con el
SIDA.
Excelencias, amigos:
Cuando volvamos al trabajo, debemos forjar con mayor fuerza la gran coalición fundamental
para realizar este plan tan ambicioso. Esta reunión pone de relieve que todos estamos aquí
para una misma cosa --vencer el SIDA--, aun cuando podamos tener diferencias en la
táctica empleada, como hemos podido comprobar esta semana.
Cada uno de nosotros es un elemento crítico de la misma estrategia. No sólo tenemos
cabida en ella todos, sino que todos somos necesarios. La Declaración de compromiso de
2001 y la Declaración de hoy nos proporcionan un programa común mínimo para este
movimiento en expansión contra el SIDA.
Marquemos hoy el comienzo de una nueva era en la lucha contra el SIDA, una era
que reacciona ante los cambios de nuestro mundo.
Muchas gracias.
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