Reunión de alto nivel sobre el SIDA de 2006

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Reunión de alto nivel sobre el SIDA de 2006
Uniendo el mundo contra el SIDA


31 de mayo - 2 de junio, Naciones Unidas, Nueva York

 
 


Dr. Peter Piot,
Director Ejecutivo del ONUSIDA

Alocución pronunciada ante la Reunión de Alto
Nivel de la Asamblea General de las Naciones
Unidas sobre el SIDA

Serie de sesiones de alto nivel

Nueva York, 2 de junio de 2006

Sr. Presidente, Excelencias, distinguidos Delegados, señoras y señores, amigos:

Hago uso de la palabra ante ustedes para hablar también en nombre de los jefes ejecutivos de las 10 organizaciones copatrocinadoras del ONUSIDA.

Excelencias:

Tal como hemos escuchado durante esta semana, los resultados sobre el terreno ponen de manifiesto que la Declaración de compromiso de 2001 marcó un verdadero punto de inflexión en la lucha contra el SIDA.

Como hemos llegado tan lejos, es mucho más aún lo que está en juego hoy: perder impulso ahora, fallar ahora, sería imperdonable.

Tengo entendido que esta mañana se alcanzó un acuerdo en un proyecto de declaración. Confío en que puedan aprobarlo, porque así pasaríamos a la siguiente fase.

Excelencias, amigos:

Hemos recorrido un largo trecho, pero aún nos queda mucho camino por delante.

Y el porvenir es claro.

Debemos concluir esta reunión con una decisión de que los planes nacionales y mundiales concederán tanta prioridad a la lucha contra el SIDA como los países conceden a promover el crecimiento económico o a mantener la seguridad.

No hay otra alternativa, porque el SIDA es una crisis de desarrollo de largo plazo, no simplemente una emergencia inmediata.

Debemos concluir esta reunión con una decisión de obtener los más de 20.000 millones de dólares anuales necesarios a partir de 2008.

No hay otra alternativa, porque cada dólar de menos es un déficit mortal.

Debemos concluir esta reunión con una decisión de acelerar nuestros esfuerzos hacia el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo del VIH.

No hay otra alternativa, porque solamente el acceso universal puede evitar que la epidemia estreche el cerco alrededor de las próximas generaciones.

Debemos concluir esta reunión con una decisión de que los países ricos y pobres harán lo que sea preciso para desarrollar con celeridad microbicidas, mejores medicamentos y vacunas, y para asegurar el acceso a estos productos básicos.

No hay otra alternativa, porque necesitamos todos los medios para luchar contra esta epidemia.

Excelencias, debemos concluir esta reunión con una decisión de sumar una respuesta a largo plazo al siempre tan necesario enfoque de gestión de crisis.

Una respuesta que esté arraigada en el cambio social, porque debemos abordar los factores impulsores fundamentales de esta crisis, incluidos la baja condición social de la mujer, la violencia sexual, la homofobia, y el estigma y discriminación relacionados con el SIDA.

Excelencias, amigos:

Cuando volvamos al trabajo, debemos forjar con mayor fuerza la gran coalición fundamental para realizar este plan tan ambicioso. Esta reunión pone de relieve que todos estamos aquí para una misma cosa --vencer el SIDA--, aun cuando podamos tener diferencias en la táctica empleada, como hemos podido comprobar esta semana.

Cada uno de nosotros es un elemento crítico de la misma estrategia. No sólo tenemos cabida en ella todos, sino que todos somos necesarios. La Declaración de compromiso de 2001 y la Declaración de hoy nos proporcionan un programa común mínimo para este movimiento en expansión contra el SIDA.

Marquemos hoy el comienzo de una nueva era en la lucha contra el SIDA, una era que reacciona ante los cambios de nuestro mundo.

Muchas gracias.




 
 

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