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SÍNTESIS …


Modelos de consumo y producción


El problema

"Las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados," según el Programa 21, el plan de acción para el desarrollo sostenible aprobado en la Cumbre para la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992.

El 15% de la población mundial que vive en los países de altos ingresos es responsable del 56% del consumo total del mundo, mientras que el 40% más pobre, en los países de bajos ingresos, es responsable solamente del 11% del consumo. Pese a que hoy día la mayoría de la gente consume más -debido a la expansión de la economía mundial en el decenio de 1990 y al mejoramiento del nivel de vida en muchos países- el consumo del hogar africano medio es un 20% inferior al de hace 25 años.

Pero el consumo sostenible no se refiere sólo al uso equitativo de los recursos. Si toda la población del mundo viviera como un habitante medio de los países de altos ingresos, necesitaríamos otros 2,6 planetas para el sostén de todos, según la medida de la sostenibilidad del espacio productivo, medición independiente basada en las estadísticas de las Naciones Unidas.

Aún los niveles actuales de consumo y producción, basados en la superficie productiva media ecológica mundial, superan en un 25% la capacidad ecológica de la Tierra, lo que significa que incluso a los niveles actuales, la humanidad está gastando el capital natural del planeta a un ritmo considerable.

Pero hay buenas noticias. La producción y el consumo de las sociedades industrializadas se han trasladado de los sectores de uso intensivo de los materiales y la energía a los servicios. Sumado a una mayor eficiencia en el uso de la energía, el consumo de materias primas por unidad de producción se ha reducido. La Unión Europea, por ejemplo, logró un sensible crecimiento económico en el decenio de 1990 sin aumentar significativamente su consumo de combustibles fósiles. Sin embargo, esa mayor eficiencia se ha contrarrestado con un aumento del volumen de bienes y servicios consumidos y desechados. Se están consumiendo más recursos naturales y se está generando más contaminación.

Desde la Cumbre para la Tierra, se han utilizado nuevos criterios para mejorar la sostenibilidad del consumo y la producción, por ejemplo:

· Muchos gobiernos han aplicado incentivos económicos y reglamentarios, como los impuestos ambientales, los impuestos por contaminación, los permisos canjeables en relación con las emisiones contaminantes y el uso del agua, los proyectos de reembolso de depósitos para la gestión de los desechos, las tasas de incumplimiento y las garantías de desempeño y los códigos de conducta voluntarios.

· Muchas empresas han introducido procesos de producción menos contaminantes y más eficientes desde el punto de vista ecológico y han reducido la contaminación y otros efectos ambientales mediante el diseño, el envasado y el etiquetado ecológicamente beneficiosos.

· El público ha adquirido más conciencia sobre las responsabilidades y las opciones de los consumidores. Además de que son más los que practican las tres "R" -reducir, reutilizar y reciclar- existe la voluntad de pagar más por productos orgánicos e inocuos para el medio ambiente.

Algunas estadísticas esenciales

· El producto anual de la economía del mundo creció de 31 billones de dólares en 1990 a 42 billones de dólares en 2000, y había ascendido a apenas 6,2 billones de dólares en 1950. Este aumento de la actividad económica creó millones de nuevos empleos y permitió que la gente consumiera más. Por ejemplo, las conexiones telefónicas mundiales aumentaron de 520 millones en 1990 a 844 millones en 1998, es decir un 62%.

· Aunque desde 1990 los ingresos per cápita han aumentado un 3% por año en 40 países, más de 80 países tienen ingresos per cápita inferiores a los que tenían hace un decenio. Un quinto de la población mundial vive con menos de un dólar por día sin los medios para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, agua no contaminada y atención de la salud.

· El consumo mundial de energía ha aumentado significativamente desde 1992 y se prevé que aumentará a un índice del 2% anual hasta 2020. El consumo mundial de combustibles fósiles aumentó un 10% entre 1992 y 1999. La utilización per cápita sigue siendo más elevada en los países desarrollados, donde las personas consumen hasta 6,4 toneladas de equivalente de petróleo por año, es decir diez veces más que el consumo de los países en desarrollo.

· Es frecuente que los consumidores paguen entre un 50% y un 100% más por frutas y verduras que no contienen productos químicos ni pesticidas. En consecuencia, en el decenio de 1990 en los Estados Unidos la industria de los alimentos orgánicos creció más de un 20% por año, y en otros países industrializados creció a un ritmo similar.

Qué es preciso hacer:

Seguir excediéndose en el uso de los medios que ofrece la Tierra no es una opción viable de largo plazo. La cuestión es cómo cambiar los modelos de consumo y producción con suficiente rapidez como para seguir el ritmo del crecimiento económico, lo que no puede lograrse simplemente mediante cambios tecnológicos. Es poco probable que las empresas adopten voluntariamente iniciativas costosas para cuidar el medio ambiente. Es necesario que más personas abandonen la idea de que consumir más es sinónimo de progreso o de éxito. Con una utilización más justa y equitativa de los recursos también se reducirán los conflictos sociales.

Según el informe del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la aplicación del Programa 21, se necesita mejorar mucho la eficiencia de la utilización de los recursos tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. Algunas de las propuestas en ese sentido son las siguientes:

· Lograr que, en los dos o tres decenios próximos, se cuadruplique la eficiencia en la utilización de la energía y los recursos en los países desarrollados y que, a largo plazo, se multiplique por diez la eficiencia en la utilización de los recursos en los países desarrollados;

· Aumentar la responsabilidad y la rendición de cuentas de las empresas mediante iniciativas como el Pacto Mundial y la iniciativa mundial de presentación de informes, e instrumentos como la contabilidad de la gestión ambiental y la información sobre el medio ambiente;

· Otorgar incentivos a la industria y las instituciones públicas para avanzar en la investigación y el desarrollo de tecnologías de producción menos contaminantes;

· Promover el consumo sostenible mediante la adopción de medidas gubernamentales que incluyan cuentas nacionales "verdes", reformas fiscales que favorezcan la conservación de los recursos y la adopción de prácticas de adquisición "verdes".





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Publicado por el Departamento de Información
Pública de las Naciones Unidas.