UN


Joahannesburg Summit 2002
Carpeta de prensa
El Programa 21 - Nuestro plan de acción

En la Cumbre para la Tierra de 1992, la comunidad internacional en su totalidad aprobó el Programa 21, plan de acción mundial sin precedentes en favor del desarrollo sostenible. También aprobó la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y e Desarrollo, conjunto de principios que definen los derechos y las obligaciones de las naciones, y los Principios relativos a los Bosques para orientar una ordenación más sostenible de los bosques del mundo.

El Programa 21 fue un logro destacado en la integración de las preocupaciones ambientales, económicas y sociales en un marco normativo único. Contiene más de 2.500 recomendaciones de amplio espectro para la adopción de medidas, incluidas propuestas detalladas sobre la manera de reducir las modalidades antieconómicas de consumo, combatir la pobreza, proteger la atmósfera, los océanos y la diversidad biológica, y promover la agricultura sostenible.

Las propuestas presentadas en el Programa 21 siguen siendo válidas, y desde 1992 se han ampliado y fortalecido en varias conferencias importantes de las Naciones Unidas sobre la población, el desarrollo social, la mujer, las ciudades y la seguridad alimentaria. En la Cumbre del Milenio, celebrada en las Naciones Unidas en el año 2000, unos 150 líderes mundiales convinieron en aprobar una gama de objetivos que se proponían alcanzar en el marco de un calendario preciso, entre ellos reducir a la mitad el porcentaje de habitantes del planeta cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día y el de las personas que carezcan de acceso a agua potable.

Pero las mejores estrategias se miden únicamente por los resultados de su aplicación. La Cumbre de Johannesburgo ofrece a los líderes del mundo de hoy la importante posibilidad de adoptar medidas concretas e identificar objetivos cuantificables para mejorar la ejecución del Programa 21.

ENERGÍA

Dos mil millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a la energía comercial, especialmente en los países en desarrollo. Sin acceso a la energía comercial, las comunidades y los negocios locales tienen que depender de fuentes de energía no reglamentada y a menudo perjudiciales para el medio ambiente, y tienen menos posibilidades de mejorar su nivel de vida. En el mundo desarrollado, el consumo de energía es mucho mayor pero, también, más antieconómico. Es necesario que los gobiernos, el sector empresarial y las comunidades mejoren el rendimiento energético a la vez que se amplía el acceso a las fuentes comerciales de energía en todo el mundo. Y sobre todo, las fuentes de energía que se empleen en todas las regiones tienen que ser económicamente viables, socialmente aceptables y ecológicamente racionales.

Energía

POBREZA RURAL Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

Más de la mitad de la población que vive en la pobreza extrema depende de la agricultura o de labores agrícolas para su subsistencia. Para aliviar esa pobreza será necesario, como mínimo, que ayudemos a esas comunidades a duplicar para 2015 el nivel de productividad agrícola alcanzado en el año 2000.