COMUNIDAD EUROPEA

Discurso

De

Romano Prodi
Presidente de la Comisión Europea

Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo

Monterrey, México
22 marzo del 2002




Excmo. Sr. Presidente:

Hace poco más de 6 meses, el 11 de septiembre, el mundo entero temblaba horrorizado ante uno de los peores ataques lanzados contra nuestra civilización. Manifestamos de inmediato nuestra solidaridad, nuestra unidad y nuestra determinación de luchar contra el terrorismo. Este combate debe proseguir. Debemos hoy manifestar la misma determinación para hacer frente a los demás problemas fundamentales que determinan el futuro de nuestro mundo.

Ya comenzamos el pasado mes de noviembre en Doha, cuando decidimos plantear conjuntamente un ambicioso programa de negociaciones para abrir nuestros mercados y elaborar de consuno normas colectivas sobre un gran número de aspectos relativos al comercio y a la inversión. También en Doha decidimos acoger a China en la Organización Mundial del Comercio y conceder al Mundo en desarrollo un mayor lugar en las decisiones económicas mundiales.

Nos volveremos a ver en breve con ocasión de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación y posteriormente en Johanesburgo, en la Cumbre sobre el Desarrollo sostenible.

El vínculo entre estas tres distintas conferencias es evidente. Las tres se ocupan de los distintos aspectos de un problema común: ¿cómo controlar colectivamente la interdependencia mundial y gestionar mejor la globalización? ¿Cómo hacer que renazca la esperanza entre los más pobres? ¿Cómo conservar los recursos del planeta?

Nuestras opiniones públicas dudan ante la globalización. Saben que la libre circulación de mercancías, servicios, capitales y personas aporta a nuestras economías una prosperidad sin la cual las legítimas aspiraciones de nuestros ciudadanos no podrán verse satisfechas. Al mismo tiempo, se preocupan por las desigualdades, cada vez mayores, por los atentados contra nuestro medio ambiente, por la inestabilidad de los mercados financieros, por el incremento de la delincuencia organizada. Esperan de nosotros unas respuestas constructivas. Tenemos la obligación de no decepcionarlos.

Para Europa, el año 2002 comenzó con el éxito de la implantación de nuestra moneda única: el Euro. Espero que termine con la conclusión de las negociaciones de adhesión a la Unión de diez nuevos países miembros. Profundizamos en nuestra Unión al tiempo que trabajamos por la reunificación de Europa sobre la base de los Derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho. De esta forma ampliaremos nuestro círculo de estabilidad y prosperidad a cerca de 80 millones de ciudadanos europeos suplementarios.

Somos portadores, aquí en Monterrey, de un mensaje de paz: la que hemos establecido en nuestro continente y la que nos esforzamos por fomentar en torno nuestro, en particular, en el Mediterráneo y África. De un mensaje de solidaridad: la que hemos instituido entre los países de nuestra Unión y extendido al conjunto de Europa y a todos los países en desarrollo que se benefician de nuestra ayuda.
Nuestros mercados están abiertos, muy abiertos y, en particular, de cara a los países en desarrollo, de los que importamos cada año más de 400.000 millones de EURO.

En fecha reciente, la UE ha dado un paso sin precedentes mediante la iniciativa denominada "Todo menos armas". Hemos decidido abrir nuestros mercados, incluidos los agrícolas, a las importaciones procedentes de los países más pobres.

Pero estamos decididos a llevar adelante nuestra apertura comercial, incluso en sectores sensibles como el agrícola, en el marco de una negociación equilibrada de la Agenda de Doha. Nos comprometemos a negociar de forma constructiva para que el éxito de la Ronda de Doha reactive con carácter duradero el motor de la economía mundial, al tiempo que confirma nuestro compromiso con el multilateralismo, y beneficia al mundo en vía de desarrollo.

Las inversiones de nuestras empresas en los países en desarrollo son las más importantes con gran diferencia: cerca del 70% del total mundial en 2000. Pero estamos dispuestos a mejorar, mediante la negociación multilateral y bilateral; las condiciones de recepción y protección de las inversiones que nos permitan aumentarlas todavía más. Estamos también dispuestos, al igual que en Europa del Este, a conceder nuestra asistencia para fomentar las reformas económicas y la integración regional que permitan a nuestros socios captar aún más inversiones.

Somos conscientes del imperativo moral absoluto de luchar contra la extrema pobreza que afecta a un quinto de la humanidad y suscribimos plenamente los objetivos históricos de desarrollo de la "Declaración del Milenio".

Sabemos que para lograr estos objetivos es a la vez necesario mejorar la eficacia y aumentar el volumen de la ayuda pública al desarrollo.

La Unión Europea confirma su compromiso con el objetivo de dedicar el 0,7% del PNB a la ayuda al desarrollo, objetivo que varios Estados miembros ya han alcanzado y superado. Para esta Conferencia de Monterrey, sus Estados miembros se fijaron colectivamente el objetivo intermedio de llegar al 0,39% en 2006. Se trata de un compromiso formal que permitirá aumentar sustancialmente los importes asignados a la lucha contra la pobreza. De hecho, la ayuda de la Unión y de sus Estados miembros aumentará alrededor de 8.000 millones de euros (aprox. USD 7 millones) al año de aquí a 2006, partiendo del nivel actual de 27.000 millones de euros, que representa más del 50% de la APD mundial. Este aumento acumulado en los 4 años del periodo 2003-2006 nos permitirá dedicar más de 22.000 millones de euros adicionales a la lucha contra la pobreza.

Al conceder nuestra ayuda damos prioridad a la sanidad y a la educación y contribuimos sustancialmente al Fondo Global contra el SIDA y otras enfermedades contagiosas.

Excmo. Sr. Presidente,

La globalización necesita la cooperación, junto con unas Instituciones sólidas y respetadas, con vistas a organizar sus múltiples facetas. Y para lograr un verdadero compromiso y el apoyo de los ciudadanos de todo el mundo esta cooperación debe basarse en unos principios y normas compartidos.

A invitación del Presidente Fox, examinaremos enseguida los distintos aspectos de la acción colectiva que debemos emprender para alcanzar nuestros objetivos, es decir, controlar mejor la globalización, y espero que esta Conferencia lanzará la señal positiva que la opinión mundial espera.
No quisiera terminar esta intervención sin hablar de África, nuestro continente vecino y olvidado, destrozado por demasiados conflictos. Quiero destacar la importancia del mensaje lanzado por algunos líderes africanos respetados y valientes que lanzaron la Nueva Asociación para el Desarrollo de África. Merecen todo nuestro apoyo.

Excmo. Sr. Presidente,

Los acontecimientos de estos últimos meses muestran cuánto duda nuestro mundo entre dos perspectivas igualmente posibles. Podemos ver cómo se extiende la pobreza debido a la marginalización, los conflictos y la degradación de nuestro medio ambiente. También podemos avanzar colectivamente hacia un período de gran progreso, de paz, de prosperidad. Nuestro futuro es cuestión de voluntad política y de elección. Europa opta por la apertura y la solidaridad. Invito a nuestros socios a trabajar con nosotros en una cooperación global por la Paz y el desarrollo sostenible.



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