GUATEMALA
Discurso
del
Alfonso Portillo Cabrera
Presidente
En la Conferencia Internacional Sobre La Financiación
para el Desarrollo
Monterrey, México
22 de Marzo 2002
Señor Presidente,
Estimados delegados:
Hace aproximadamente 18 meses, al reunirnos en la ciudad de Nueva York,
adoptamos un conjunto de metas para abatir la pobreza, consolidar la
democracia y defender el patrimonio natural de la humanidad También
asumimos compromisos para cumplir dichas metas, en el rnarco de la Declaración
el Milenio. Volvimos a nuestros respectivos países con renovado
entusiasmo, e imbuidos por la convicción que podíamos
construir un mundo mejor.
El camino recorrido desde entonces ha sido, para decir lo menos, accidentado.
Los atroces actos terroristas cometidos en los Estados Unidos el 11
de septiembre pasado y sus secuelas, el recrudecimiento del conflicto
en Medio Oriente, y la recesión de la economía mundial
- lo último nos ha golpeado con particular dureza - son tan solo
algunos de los factores imprevistos en aquel entonces, y que, sin duda,
constituyen serios obstáculos adicionales al cumplimiento de
las metas que nos impusimos. Con todo, no cejamos ni en nuestro entusiasmo
ni en nuestra voluntad de avanzar en el cumplirniento de los compromisos
adquiridos. Este encuentro de Monterrey nos ofrece una nueva oportunidad
para renovar esos compromisos, y para darles contenido concreto.
Quisiera referirme brevemente a tres vertientes que parten de esa oportunidad.
En primer termino, la pobreza que aflige a la mitad de la humanidad
es la gran tarea inconclusa del Siglo XX, y, por consiguiente, el mayor
desafío del Siglo XXI. Aunque suene a algo consabido, es sin
embargo cierto que la pobreza y la injusticia social son los caldos
de cultivo que facilitan el fanatismo en todos sus ordenes.
Esta conferencia nos brinda la oportunidad de colocar el desarrollo
en el centro de la agenda internacional, visto, en esta ocasión,
desde la óptica de la financiación. Permite discutir la
necesidad de que los ahorros internos financien la inversión
productiva, que nuestras exportaciones - con mercados abiertos - se
conviertan en palanca del desarrollo y que la inversión extranjera
fluya más a nuestros países.
Procuramos practicar lo que predicamos. Tal como lo explicamos durante
nuestra reciente reunión del Grupo Consultivo sobre Guatemala,
hemos hecho un considerable esfuerzo interno para elevar el coeficiente
de tributación y volcar los recursos así captados hacia
el desarrollo.
Recién acordamos un programa de apoyo con el FMI que se formalizara
en pocas semanas. También hemos adoptado múltiples medidas,
sobre todo en los ámbitos laboral y de propiedad intelectual,
para mejorar nuestra inserción en la economía mundial
corno otra manera de acceder a financiamiento. Asumimos, por voluntad
propia, una estrategia para la reducción de la pobreza Y estamos
empeñados en volver más transparentes las operaciones
estatales y privadas, con el apoyo de organismos multilaterales.
Confiamos que la Ronda de Desarrollo, adoptada en Doha, rinda los resultados
que todos 'esperamos. Celebramos, asimismo, la posibilidad de iniciar
las negociaciones entre Centroamérica y Estados Unidos para remover
las barreras al intercambio de sus respectivos bienes y servicios, aprovechando
esa oportunidad para avanzar en la integración centroamericana.
En segundo lugar, esta Conferencia nos permite avanzar en adecuar las
instituciones multilaterales que apoyan la cooperación internacional,
Nos congratulamos por los avances ya logrados, en el marco del proceso
preparatorio, en acercar a las Naciones Unidas y a las instituciones
de Bretton Woods, así como a los organismos financieros regionales
Celebramos la presencia aquí de organismos no gubernamentales,
del mundo empresarial, y, en general. de la sociedad civil, Y saludamos
la impresionante capacidad de convocatoria de las Naciones Unidas, reflejada
en la presencia de tantos Jetes de Estado y de Gobierno.
Esta coalición de intereses se mueve en la dirección correcta
de remozar el ordenamiento institucional que tenemos a nuestro servicio
para impulsar el desarrollo y la cooperación. Entraña
mayor coordinación, y también mayor participación.
En tercer y último lugar, quisiera referirme a algunas asignaturas
pendientes. Varios colegas ya se han referido a las expectativas frustradas
de muchos países en materia de compromisos más contundentes
de algunos donantes sobre la ayuda oficial para el desarrollo. Sin embargo,
aplaudimos el anuncio reciente de los Estados Unidos, que al menos apunta
a revertir esa tendencia. De otra parte, extrañamos er el Consenso
de Monterrey un abordaje más completo sobre cómo habremos
de financian los bienes públicos globales, como una categoría
complementaria a las necesidades de los países para impulsar
su desarrollo. En ese sentido, nos hubiera gustado ver compromisos para
crear un Fideicomiso destinado a financiar la educación, y un
redoblado esfuerzo para financiar la erradicación del VIH/SIDA.
No obstante todo lo anterior, estamos satisfechos. Visualizamos este
encuentro de Monterrey como el inicio de un proceso. Hemos construido
una platafcrma de acuerdos y entendimientos que sugieren que ese proceso
será promisorio. Confió que todos nos comprometeremos
a que sea así.
Muchas Gracias.
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