PARAGUAY

Intervención

De

S.E. Dr. José Antonio Moreno Ruffinelli
Ministro de Relaciones Exteriores de la República

Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo

Monterrey, México
22 marzo del 2002



Señor Presidente,
Señor Secretario General, 
Distinguidos delegados:

Al iniciar esta intervención, permítame expresarle en primer lugar la complacencia de mi delegación de verlo presidir esta trascendental Conferencia, y al mismo tiempo extender un especial agradecimiento al Gobierno y Pueblo Mexicano en su calidad de país anfitrión así como a la ciudad de Monterrey, por la tradicional hospitalidad que nos brinda así como por sus valiosos esfuerzos dirigidos al éxito de este histórico evento.

Señor Presidente:

La inminente adopción del Consenso de Monterrey por parte de las delegaciones aquí presentes, expresa el compromiso político para la formulación de una estrategia internacional consensuada, dirigida a hacer frente a la compleja problemática que representa la Financiación para el Desarrollo. El mismo está destinado a convertirse en el instrumento necesario e imprescindible para combatir la pobreza y permitir así que nuestros pueblos puedan, legítimamente, acceder a mejores niveles de vida compatibles con la dignidad humana. Por eso, debemos ser concientes que los resultados de esta Conferencia solo representan el comienzo del largo trayecto que aun debemos transitar de manera solidaria, los países desarrollados y los países en desarrollo. El consenso que hemos logrado constituye asimismo, el compromiso ético y moral para cumplir fielmente las nuevas estrategias de desarrollo, teniendo plena conciencia del peligro que implica para la paz y la seguridad internacionales, la permanente ampliación de la brecha entre países ricos y pobres.

La violencia, materializada en actos terroristas, de ninguna manera puede ser la justificación ni el medio adecuado para reclamar la disminución de esa brecha. Por ello, el Paraguay condena una vez más esta conducta criminal incompatible con la propia humanidad.

No debemos permitir que esta Conferencia se limite a meras declaraciones o expresiones de deseos. Estamos aquí presentes para dar luz a una visión global que debe contemplar, con la urgencia que el tema merece, la generación de nuevas medidas y programas capaces de establecer un sistema económico, financiero y comercial más justo y equitativo. Las inequidades e injusticias inherentes al actual orden deben ser corregidas, como también las anticuadas y poco efectivas formulas que claramente no han producido los resultados deseados.

 También es esencial señalar que la nueva visión de la financiación para el desarrollo debe reconocer que existen claras diferencias entre los niveles de desarrollo en los propios países en desarrollo. Sería un grave error presumir que todos los países en desarrollo tienen circunstancias y necesidades similares.

Algunos países en vías de desarrollo tienen mayores vulnerabilidades, y debido a factores particulares y geográficos, se encuentran en situaciones de mayor desventaja en cuanto a sus capacidades de aprovechar los beneficios que la globalización pueda brindarles. Por ello, reclamamos un trato especial para los países sin litoral, como es el caso del Paraguay. Las estrategias para la financiación del desarrollo deben contemplar las necesidades de todos los actores involucrados en su justa medida.

Señor Presidente:

Bien sabemos que los niveles de la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) han decaído de manera sustancial en los últimos años, y que están en su punto más bajo en varias décadas. La Asistencia Oficial para el Desarrollo es indiscutiblemente un elemento importante para la financiación del desarrollo, y en este sentido abrigamos la esperanza que a partir de Monterrey, se conocerán compromisos concretos encaminados a incrementarla. Dicho esto, es esencial señalar que la AOD no es la panacea para la problemática que enfrentamos, ni debería serla. El mundo en vías de desarrollo no puede depender únicamente de la Asistencia Oficial.

Los países en desarrollo tenemos plena conciencia de que debemos desplegar el esfuerzo interno necesario para garantizar nuestro propio desarrollo y que la AOD es el complemento necesario para el mismo. Pero esto solo es posible cuando encontremos las partes involucradas, el equilibrio necesario para compartir en asociación, las responsabilidades inherentes al desarrollo sostenible.

El Paraguay considera que todos los esfuerzos que podamos emprender en pos del desarrollo serán en vano si no damos prioridad al establecimiento de un régimen global comercial equitativo y no discriminatorio, que permita a los países en desarrollo acceder a los mercados internacionales bajo condiciones abiertas y transparentes.

Para el Paraguay, como para muchos países, el comercio es el medio más viable y realista para lograr el crecimiento económico y fomentar la inversión, pero a la vez el que presenta los mayores obstáculos. Mientras no se levanten las medidas proteccionistas, particularmente los subsidios agrícolas así como las barreras paraarancelarias, ningún esfuerzo para fomentar el crecimiento y reducir la pobreza tendrá el éxito esperado.

El concepto de un régimen comercial justo ha sido enunciado en innumerables ocasiones y foros, y a su vez está consagrada en la Declaración del Milenio y en la Declaración de la Cuarta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio celebrada en Doha, pero debemos repetirlo hasta que logremos su cumplimiento por todos los actores.

Consideramos que el proceso de Doha y la nueva ronda de negociaciones en el seno de la OMC debe integrarse plenamente a la agenda para la financiación del desarrollo. Asimismo, debe reconocerse la importancia que en los procesos de desarrollo, tienen los acuerdos regionales y sub-regionales de integración, como es el caso del MERCOSUR, para lo cual debe darse todo el apoyo necesario.

Asimismo, no escapa a nuestra realidad que el desarrollo de nuestros países también va condicionado a la preservación del medioambiente, elemento necesario para una mejor calidad de vida global. Por ello, es necesario y prioritario que los países desarrollados, den un mayor reconocimiento a los proyectos destinados a reconvertir parte de nuestra pesada deuda por la preservación de la naturaleza, la que a su vez tendrá un gran impacto de alcance social.

Tampoco podemos perder de vista la central importancia que tiene la necesidad de reformar el actual sistema financiero internacional, que en los últimos años ha demostrado claramente sus insuficiencias e inherentes riesgos, con devastadores resultados. Un nuevo sistema financiero es esencial para la estabilidad y la confianza a nivel global. El logro de este alto objetivo, en conjunto con el establecimiento de un régimen comercial justo, no solo crearía un mundo más justo y solidario, sino también daría lugar a un ambiente global más propicio para la inversión privada, importante instrumento de financiación para el desarrollo.

Señor Presidente:

No puedo concluir esta intervención sin dejar de señalar la importancia que la educación tiene asignada en el proceso de desarrollo de nuestros pueblos. El mismo es el instrumento más eficaz en la lucha contra la pobreza. Por eso, estamos convencidos que esta importante área social, debe concitar la consideración prioritaria de las instituciones financieras internacionales así como de los países mas desarrollados. Nuestros niños tienen el derecho a recibir una educación primaria de calidad como el primer paso destinado a mejorar los sistemas educativos y por ende su calidad de vida.

Debemos partir de Monterrey rumbo a nuestras respectivas capitales con un mensaje de esperaza y confianza. Nuestros pueblos lo necesitan. La nueva visión global debe ser acompañada por un espíritu solidario y rejuvenecido. Debemos superar el desencanto de los últimos tiempos y estar plenamente seguros de que la solución está a nuestro alcance, siempre y cuando podamos asegurar las condiciones propicias y reafirmar el derecho al desarrollo de todos los pueblos.

Muchas Gracias.



Declaraciones en la Conferencia
Noticias de la Conferencia