Medallas Dag Hammarskjöld
Palabras del Subsecretario General de Naciones Unidas, Sr. Jean-Marie Guéhenno
Ceremonia de entrega de Medallas Dag Hammarskjöld
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30 de mayo de 2007, 10:45 AM, Auditorio de la Biblioteca
Sus Excelencias, damas y caballeros,
Durante el transcurso de este último año, más de cien mil hombres y mujeres de más de cien países contribuyeron con sus habilidades y experiencia a la causa del mantenimiento de la paz de Naciones Unidas. En la República Democrática del Congo, Liberia, Haití, Sudan y en muchos otros lugares remotos y peligrosos, ellos trabajaron sin cesar, con valor y en circunstancias muy difíciles, con un solo objetivo: ayudar a resolver los conflictos armados y buscar las condiciones para implantar una paz duradera.
Los extraordinarios esfuerzos de estos miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas tuvieron un costo elevado: 107 de nuestros colegas y amigos de 46 países perdieron la vida al servicio de las operaciones de paz de Naciones Unidas durante 2006.
Sin importar sus antecedentes, los miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz a quienes rendimos tributo hoy fueron seres humanos, como cualquiera de nosotros. Tenían una vida personal; familia; sueños y planes para cuando regresaran a sus respectivos países. Todo eso lo pusieron a un lado para vivir en condiciones de violencia y desesperación, en lugares a miles de kilómetros de sus hogares haciendo finalmente el último sacrificio: dar su vida sirviendo a otros. No nos queda más que unirnos a la pena de sus familias y seres queridos y sentir agradecimiento y humildad ante su valor y altruismo.
Extendemos nuestra gratitud a los Países Miembros de donde son originarios estos héroes. El apoyo que sus países han dado a las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas constata la gran importancia que da la comunidad internacional a esta única y vital misión. Confirma que el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas continúa siendo una poderosa expresión de la extraordinaria visión de la solidaridad internacional con respecto a la paz, la cual se fue consagrada en la Carta de las Naciones Unidas hace más de medio siglo. Agradecemos ese apoyo, al igual que muchas de las naciones que se han visto beneficiadas con la presencia del personal de paz de Naciones Unidas.
En ocasiones como ésta es cuando nos damos cuenta que recordar a nuestros colegas y amigos con gratitud y dolor no es suficiente. Los invito a trabajar aún más duro por la causa de la paz, a unir nuestros esfuerzos para borrar, de una vez por todas, el término "conflictos violentos" de nuestro diccionario.
(pausa)
Más de 2,000 miembros de las fuerzas de paz han dado su vida desde el inicio de las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas. Al recordar su sacrificio, honremos su memoria redoblando nuestros esfuerzos para asegurarnos de que esta noble tarea tenga éxito, sin importar los obstáculos a los que nos podamos enfrentar.
Gracias.