ONU Bienvenidos a las Naciones Unidas. Son su mundo.

Santo Tomé, salvado por el chocolate

Narración

El mundo adora el chocolate. Cada año se gastan más de 83 000 millones de dólares en chocolate. Los europeos de media comen un kilo al mes.

Pero, ¿alguna vez has pensado que tu elección de chocolate podría ayudar a salvar uno de los ecosistemas más amenazados del planeta?.

Con cientos de especies de plantas y pájaros, el apartado archipiélago de Santo Tomé y Príncipe es uno de los lugares con mayor biodiversidad del mundo.

Situado a más de 230 km de la costa éste africana, es también uno de los países más pobres del mundo.

Los agricultores están despejando el bosque para cultivar la tierra.

«Los agricultores, para sobrevivir están explotando los recursos disponibles. Su enfoque actual es muy invasivo y nada sostenible.»

Hay un tipo de cultivo que sí que es sostenible, tanto para beneficio de los agricultores como para el del entorno. Es el del cacao orgánico.

Este país fue una vez el mayor exportador mundial de cacao, pero en los 90 la crisis de los precios destruyó la industria.

Agricultores como Joao Jose casi abandonan el cultivo.

«No teníamos a nadie que nos comprara el cacao. Recogíamos el grano en el campo y lo traíamos al pueblo donde acababa pudriéndose y al final teníamos que tirarlo.»

No obstante, recientemente el chocolate orgánico, granos de cacao libres de fertilizantes artificiales, herbicidas y pesticidas, se convirtieron en un fenómeno global que dobló las ventas.

El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD) ha estado trabajando en Santo Tomé y Príncipe para reactivar la economía de la isla, y esta creciente demanda de cacao orgánico suponía una gran oportunidad.

Por ello, IFAD buscó un comprador que pudiera asociarse con los agricultores para desarrollar la industria. Una empresa francesa llamada Kaoka, especializada en el comercio justo del chocolate orgánico, visitó la isla viendo enseguida su potencial.

«Antes de nada la calidad del cacao es excepcional. Además creo que Santo Tome es, por su historia, un lugar muy interesante en el que trabajar para intentar devolver a los trabajadores su confianza y dignidad.»

Kaoka y el IFAD trabajaron juntos para instalar la primera cooperativa de la isla conocida como CECAB, proporcionando socios con fondos para la producción de cacao orgánico de alta calidad.

Kaoka también se comprometió a comprar toda la producción. CECAB ahora está constituida por 2000 familias de agricultores, casi un quinto de la población rural de Santo Tomé. Juntos han reactivado la industria del cacao.

«2005 fue el primer año productivo. Producimos 67 toneladas de cacao. En 2014 producimos 1200 toneladas.»

Joao es un socio y ahora tiene un comprador fijo dispuesto a pagar un 40% más del precio convencional de este producto orgánico. Sus ingresos han aumentado más de 20 veces, mejorando la calidad de vida de su familia.

Fátima Horta, que dirige este grupo de agricultores, está muy orgullosa de su trabajo.

«La gente habla de pequeños agricultores, pero yo me considero grande y muy buena. Voy mejorando y me gusta lo que hago.»

Ahora el IFAD está negociando con más colaboradores, esta vez para otros productos como la pimienta y el café.

En el proceso se han hecho nuevos acuerdos comerciales con 5 compañías europeas, de forma que los agricultores no tengan que destruir el bosque para ganarse la vida.

La demanda global de alimentos orgánicos puede que haya salvado esta isla.

Este informe ha sido producido por Joanne Levitan para las Naciones Unidas.

13 de septiembre de 2016

La isla remota de Santo Tomé solía ser el mayor exportador de cacao. Durante la década de los 90, sin embargo, su precio cayó y la industria se desplomó. Gracias a la demanda mundial por los alimentos orgánicos, la isla vuelve a ser conocida una vez más por su chocolate.

Videos relacionados

Documentales
Especiales
En portada

¡Síguenos!

Facebook Youtube Twitter RSS