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Laos, la tierra donde crece el árbol de bong

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Miles de palos de incienso se queman a diario en santuarios Budistas como este en la bahía del Río Mekong River en la República Popular Democrática de Lao.

Se fabrican con la corteza del árbol de bong, popular en el Sudeste Asiático.

Los árboles de bong solían ser abundantes aquí, pero la sobreexplotación está amenazando su existencia. En 2008, el Gobierno de Laos lo declaró en peligro de extinción.

En respuesta a decisión, un proyecto apoyado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el FIDA, ha ayudado a los habitantes del país a plantar árboles de bong como un cultivo comercial.

«El proyecto nos entregó plantaciones de árbol de bong, lo cual ha sido bueno para nosotros y me ha ayudado a proveer suficiente comida para mi familia.»

Kan None hace parte de los Pacoh, una tribu de 17 000 personas que vive en una remota región montañosa cercana a la frontera con Vietnam.

Los Pacoh están entre los grupos más pobres del país. Hasta muy recientemente, muchos vivían del trueque y casi nunca habían usado dinero.

Por siglos, han sobrevivido gracias a una agricultura de subsistencia. Plantan su alimento más básico, el arroz, en las laderas de las montañas, usando el método de corta y quema.

Cuando la tierra se desgasta, cambian de terreno.

Pero ahora, por primera vez, los Pacoh han recibido certificados permanentes que los acreditan como tenedores de las tierras y se les ha sido convencido para quedarse en el mismo lugar, plantando arroz junto al árbol de bong.

Después de siete años, una hectárea de árboles de Bong puede generar un ingreso anual de aproximadamente mil dólares. Tras cosecharlos, se exportan a Vietnam, el país vecino.

Los árboles pueden producir corteza durante 50 años. Pero lo más importante es que la tierra está permanente registrada bajo sus nombres y, de esta forma, está protegida de la posible explotación de compañías extranjeras.

Los Pacoh ahora tienen suficiente comida para sus familias. // Y con dietas más saludables y un ingreso estable, campesinos pobres como Kan None pueden construir un futuro más seguro.

«Tengo una casa nueva. En el pasado, mi vivienda era temporal, pero ahora tengo una casa permanente.»

El FIDA les provee también instalaciones para el procesamiento y producción del incienso en Laos y mantener así las ganancias en la tierra en la que crece el árbol de bong.

Este reportaje ha sido producido por Declan McCormack para las Naciones Unidas.

20 de octubre de 2016

Los campesinos en Laos están redescubriendo el valor de la corteza del árbol de bong. Otrora abundantes, estos árboles están en peligro de extinción por la sobreexplotación. Pero la demanda creciente de la aromática corteza está llevando a los pequeños campesinos a poner en marcha nuevas plantaciones con las cuales obtener ganancias.

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