Declaración del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la ceremonia de traspaso de la Presidencia del Grupo de los 77

Sede de las Naciones Unidas, Nueva York

23 de enero de 2009

Excelentísimo Señor Embajador John W. Ashe, Representante Permanente de Antigua y Barbuda y Presidente saliente del Grupo de los 77,

Excelentísimo Doctor Altigani Salih Fidail, Ministro de Cooperación Internacional del Sudán,

Excelentísimo Señor Abdalmahmood Abdalhaleem Mohamad, Representante Permanente del Sudán ante las Naciones Unidas y Presidente del Grupo de los 77 para 2009,

Señor Secretario General Ban Ki-moon,
Excelencias,
Amigos todos,

Nos encontramos hoy aquí en el inicio de un nuevo año y un nuevo mandato de la Presidencia del Grupo de los 77 y China. Todos prevemos que este será un año de desafíos y cambios especialmente difíciles. También es un momento en que las Naciones Unidas, la Asamblea General y el Grupo de los 77 tienen la oportunidad de reafirmarse en su función como protagonistas fundamentales del drama mundial que sigue captando la imaginación y la vida misma de las personas en todo el mundo.

La trama de la historia de la humanidad es de una complejidad infinita y está llena de sorpresas, desilusiones e incertidumbres. Estoy convencido, sin embargo, de que nos encontramos en un momento especial en que las decisiones que tomemos tendrán consecuencias excepcionalmente duraderas para las Naciones Unidas y para toda la comunidad internacional. Si logramos responder a los muchos desafíos existentes y proporcionar el liderazgo y la orientación que se necesitan, quizá podamos mitigar algunas de las crisis que amenazan a la paz, la seguridad y el desarrollo en el mundo actual. Y no hay duda de que debemos incorporar la solidaridad y la unidad como elementos esenciales en nuestra labor, a fin de garantizar un desenlace más positivo en los próximos años.

Conozco al Grupo de los 77 desde que se creó en 1964. Julius Nyerere fue miembro de la primera generación de líderes a quienes admiré profundamente y en quienes muchos de nosotros encontramos inspiración. Desde entonces, he llegado a conocer a muchos de ustedes durante mi carrera diplomática. Muchos de los aquí presentes son queridos amigos y colegas que comparten una trayectoria de lucha por la justicia.

Por supuesto, el Grupo de los 77 ha crecido y evolucionado políticamente desde aquellos inicios en que todo parecía posible. Y, a pesar de los altibajos, nadie puede negar que el Grupo ha logrado transformar la Asamblea General y ha hecho posible que los países en desarrollo ocupen el lugar central que les corresponde en los asuntos mundiales. No ha sido fácil llegar a este punto. Nuestra exigencia de sentarnos a la mesa ha tropezado con la oposición de quienes desearían que nos quedáramos en la cocina. En vista de esta continua resistencia, estoy convencido de que sólo la democratización de las Naciones Unidas, que constituye una prioridad de mi Presidencia, garantizará que finalmente lleguemos a participar en los asuntos mundiales en condiciones de igualdad.

El Grupo de los 77 ha tomado la iniciativa en cuanto a la promoción de los valores y principios de las Naciones Unidas, incluidos los intereses económicos colectivos de los países en desarrollo. Ustedes han sido los verdaderos protagonistas del cambio durante décadas. Ahora, con sus 130 países miembros, ustedes representan los sectores de la economía mundial de más rápido crecimiento. Poseen una influencia política y cultural que no debe subestimarse. Su enorme diversidad debe ser considerada su fortaleza, no una debilidad.

Cada día, en mi labor como Presidente, percibo la buena influencia que ustedes ejercen y agradezco su buena disposición y el apoyo que prestan a mi oficina. Con su ayuda, estamos haciendo frente a los desafíos múltiples que amenazan con llevar al desastre a nuestra querida Madre Tierra y sus habitantes. A pesar de la crisis financiera que amenaza con invertir los avances que muchos de nuestros países han logrado en los últimos años, las sesiones de la Asamblea que hemos celebrado recientemente, en especial las dedicadas a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las necesidades especiales de África, los Estados insulares y los Estados sin litoral y la financiación para el desarrollo, han servido para reafirmar los compromisos asumidos por los países más ricos de ayudar a los más pobres en su desarrollo. Y nuestra colaboración con la conferencia sobre la cooperación Sur-Sur celebrada durante cinco días en diciembre nos recordó a todos los avances que hemos logrado.

Ustedes también han apoyado mis esfuerzos por llevar directamente a la Asamblea nuestras preocupaciones en relación con el colapso de la economía que sigue amenazándonos con sumir al mundo en una depresión devastadora. En Doha, en la Conferencia internacional sobre la financiación para el desarrollo celebrada en diciembre, ustedes dieron muestras de su compromiso de hacer de la Asamblea un foro enérgico y representativo donde analizar los importantes cambios que debemos incorporar en nuestra arquitectura financiera y monetaria internacional.

Ustedes han acogido con agrado la Comisión de Expertos del Presidente sobre las reformas del sistema monetario y financiero internacional. Y confío en que harán de la Conferencia sobre la crisis financiera y económica mundial y sus efectos en el desarrollo, que, se prevé, reunirá a los líderes mundiales en el más alto nivel en junio, una reunión que sentará las bases de profundos cambios en la forma en que hacemos negocios en el mundo. Para el Grupo de los 77 es muy importante que esta reunión tenga éxito. Excelencias,

Permítanme expresar mi más sincero agradecimiento a Antigua y Barbuda, y a Su Excelencia el Embajador John W. Ashe, Representante Permanente de ese país y Presidente saliente del Grupo de los 77, por su brillante desempeño durante el pasado año.

El Embajador Ashe se ha ganado un amplio respeto no sólo dentro del Grupo de los 77 sino también entre los miembros de la Asamblea General. Se le conoce por su habilidad para articular claramente los intereses del Grupo de una forma equilibrada y directa, respetando siempre la legitimidad de otras posiciones.

Bajo la Presidencia de Antigua y Barbuda, el Grupo de los 77 ha mantenido la calma y la prudencia ante una serie de coyunturas críticas y ha trabajado con tesón para elaborar posiciones unificadas respecto a varios desafíos mundiales complejos y diversos aspectos de la reforma de las Naciones Unidas. Le doy las gracias.

Permítanme también expresar mi más sincera y especial felicitación a la República del Sudán, representada hoy por Su Excelencia el Doctor Altigani Salih Fidail, Ministro de Cooperación Internacional, y nuestro distinguido colega el Embajador Abdalmahmood Abdalhaleem. El Sudán alcanzó su independencia ya en 1956, y sirvió así de inspiración a otros Estados emergentes de todo el mundo en desarrollo. Como miembro fundador del Grupo de los 77, el Sudán se enfrenta ahora, junto con todos nosotros, al desafío de contribuir a esta próxima generación de líderes para avanzar en la siguiente fase de independencia económica dentro de la economía mundial. Para presidir el Grupo en esta importante coyuntura, el Sudán trae consigo su enorme potencial económico, de todos conocido, y su nueva condición de país exportador de petróleo en medio de un cúmulo de desafíos y situaciones difíciles. El Sudán también es, según entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, uno de los pocos países que tienen potencial para ayudar a resolver la crisis alimentaria mundial, que es una de las prioridades de mi Presidencia. Además, según un informe reciente de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas, el Sudán encabeza, junto con Angola, una lista de países que han registrado un extraordinario crecimiento económico, lo que resulta aún más importante dado que, como saben, es el país más grande del continente. Estoy seguro de que la Presidencia del Sudán reforzará el compromiso del Grupo de defender el derecho de sus países miembros a seguir sus propios programas socioeconómicos.

Excelencia, será un placer para mí colaborar con usted, en un espíritu de responsabilidad colectiva con los Grupos y Estados Miembros de las Naciones Unidas, y fomentar la relevancia y vitalidad de la Asamblea General. Esta es la mejor manera de promover un multilateralismo más efectivo, profundizar nuestra cooperación y demostrar nuestro liderazgo en los asuntos complejos, entre ellos la actual reforma de las Naciones Unidas.

Excelencias,

Como ha dejado claro el Secretario General Ban Ki-moon, tenemos que crear unas Naciones Unidas más fuertes en las que todas las partes compartan la responsabilidad de conseguir resultados y de lograr un mundo más próspero y sano, más justo y seguro, para que realmente podamos estar a la altura de las grandes esperanzas que sus habitantes han depositado en nosotros.

Permítanme agradecer a todos los Estados miembros del Grupo de los 77 por su apoyo y cooperación durante la primera parte del sexagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General. Ahora bien, queda todavía mucho trabajo por hacer. He mencionado la labor realizada por la Comisión de Expertos en preparación de la conferencia de alto nivel. En las próximas semanas habrá que poner gran esmero para determinar las modalidades de esa conferencia.

El mes que viene iniciaremos unas históricas negociaciones para reformar por fin el Consejo de Seguridad. Estas negociaciones serán sin duda difíciles, dada la gran cantidad de cuestiones sobre las que los Estados Miembros siguen sin ponerse de acuerdo. No obstante, sí hay consenso en cuanto a una cuestión fundamental: cualquier ampliación del Consejo de Seguridad deberá tener en cuenta la necesidad de corregir la flagrante infrarrepresentación de los países en desarrollo. Para el Grupo de los 77, lo principal es que esta reforma se lleve a cabo. Por lo tanto, debemos trabajar todos con tesón para que esta oportunidad de democratizar el Consejo de Seguridad se traduzca en un gran éxito.

Asimismo, en consonancia con las prioridades que expliqué al principio de mi Presidencia, en los próximos meses celebraremos debates centrados en las siguientes cuestiones:

Una vez más, quisiera desear a nuestros queridos hermanos y hermanas del Sudán el mayor éxito en su labor en la Presidencia del Grupo. Como Presidente de la Asamblea General, me complace sobremanera la perspectiva de colaborar con el Grupo de los 77 en nuestro programa de trabajo común durante el resto del período de sesiones.

Gracias.

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