Discurso pronunciado con motivo del Segundo Día Internacional de la No violencia
2 de octubre de 2008
Excelentísima Señora Nkosazana Dlamini Zuma, Ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica,
Excelentísimo Señor Pranab Mukherjee, Ministro de Relaciones Exteriores de la India,
Excelencias,
Señor Secretario General Ban Ki-moon,
Amigos todos,
Quiero agradecer a cada uno de ustedes por estar aquí esta mañana para participar, en persona, en esta breve pero importante ceremonia. Hoy celebramos el Segundo Día Internacional de la Lucha Noviolenta. Es un día sumamente importante, cuyo objeto principal es invitarnos a todos a reflexionar sobre el método de lucha utilizado por uno de los seres humanos más grandes de la historia, Mahatma Gandhi, para lograr la liberación de la India.
Tal vez se estén preguntando por qué añado la palabra "lucha" y por qué escribo la expresión "noviolenta" como una sola palabra, en vez de dos palabras separadas o unidas por guión.
Lo hago en aras de la claridad, por la misma razón que llevó a Gandhi a buscar un nombre mejor que el de "resistencia pasiva" para describir su forma de luchar, que de ningún modo era pasiva, y para explicar, al mismo tiempo, dónde residía su fuerza.
Gandhi consideraba, acertadamente, que la expresión "resistencia pasiva" daba lugar a confusión, y opinaba también que era una pena que su gran lucha se conociera sólo por un nombre en inglés.
Por eso decidió patrocinar un concurso desde su revista, Indian Opinion, y ofrecer un pequeño premio a quien discurriera un nombre mejor para describir su lucha.
Fue su propio sobrino, Maganlal, quien sugirió el nombre "sadagraha", que significa firmeza o persistencia en una buena causa. Esa palabra dio origen al nombre que el propio Gandhi idearía para describir mejor su lucha: SATYAGRAHA.
No hay nada de pasividad ni de timidez en esta "fuerza del amor" o "fuerza de la verdad", como se traduciría la expresión Satyagraha al español. Al contrario, satyagraha es un método de lucha osado, valiente, enérgico y arriesgado.
Gandhi sabía que lo que estaban haciendo no era en absoluto pasivo. Como dice Terrence Rynne en su excelente libro titulado Gandhi and Jesus: The Saving Power of Nonviolence:
Estaban arriesgando activamente sus vidas para luchar contra la injusticia. Era una estrategia para los fuertes. Estaban llenos de amor y compasión por sus adversarios, no de la ira y el odio expresados en muchas campañas de "resistencia pasiva". Estaban respondiendo con el bien al mal que se les estaba infligiendo y pretendían convertir, no humillar, a sus adversarios. No empleaban la fuerza bruta, sino la fuerza del alma. Gandhi era consciente de que lo que estaban haciendo era, en muchos sentidos, crear un nuevo principio de acción. El término "resistencia pasiva" no transmitía adecuadamente ese nuevo principio.
Sé que en este tipo de breves ceremonias no aprobamos resoluciones. No obstante, quisiera sugerir que hoy, en honor a Mahatma Gandhi, resolvamos adoptar la palabra SATYAGRAHA en todos nuestros idiomas e iniciar de este modo un proceso gradual y profundo de reflexión sobre su significado. Si lo hacemos, habremos comenzado a liberar a la humanidad de su dependencia de la violencia como modo de resolver las diferencias.
Gandhi nos enseñó a alejarnos del precipicio de la autodestrucción y acercarnos a una comunidad global justa, libre de armas y sostenible, tan sólo eligiendo, personal y colectivamente, realizar experimentos graduales sobre el poder infinito de la verdad. La verdad es, a fin de cuentas, un sinónimo del amor.
Martin Luther King, Jr. aportó en la era nuclear otra señal de esperanza al seguir los pasos de Gandhi con nuevos experimentos sobre la verdad de la revolución noviolenta. King aplicó los métodos de Gandhi a la lucha en pro de los derechos civiles, la justicia económica y el fin de la Guerra de Viet Nam en los Estados Unidos, y demostró que un creciente movimiento noviolento podía empezar a cambiar el rumbo incluso de la nación más poderosa de la historia. Haciéndose eco de Gandhi, King proclamó a esa nación y al mundo que debemos elegir entre la noviolencia y la noexistencia. La primavera pasada se cumplieron 40 años desde que fue muerto de un disparo en Memphis (Tennessee) precisamente por intentar construir un movimiento de desobediencia civil masiva contra la pobreza y la guerra.
Los sucesores de Gandhi y King en el siglo XXI han realizado nuevos experimentos sobre el poder de la verdad noviolenta como forma de lograr la justicia y la paz en todos los rincones del mundo, por ejemplo, en los últimos dos meses, en Gaza. El Movimiento por la Libertad de Gaza ha logrado romper el sitio de Gaza mediante la acción directa noviolenta. El 23 de agosto de 2008, 44 activistas de 17 países que habían zarpado de Chipre en dos pequeños barcos de madera llegaron al puerto de Gaza, donde fueron recibidos por un pueblo asediado. Esta iniciativa noviolenta permitió a los palestinos entrar en su propio país y salir de él libremente por primera vez en más de 60 años. Como señaló Richard Falk, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, ahora se trata de ver si el coraje y el compromiso del Movimiento por la Libertad de Gaza pueden abrir los ojos de la humanidad a la tragedia que está ocurriendo.
Desde la labor pionera de Gandhi y King hasta el ejemplo actual del Movimiento por la Libertad de Gaza, podemos percibir el poder de transformación de la noviolencia en encrucijada de nuestra historia. Habiendo desarrollado los medios para nuestra propia extinción mediante la guerra, estamos llamados por la Verdad, en el núcleo mismo de nuestro ser, a adoptar una forma noviolenta de transformación para alcanzar un futuro justo y pacífico.
En una de las varias declaraciones que formulé durante el debate general de líderes mundiales en la Asamblea General que acaba de terminar, dije que "o nos amamos los unos a los otros o nos morimos todos". Hoy, queridos hermanos y hermanas, digo algo equivalente: noviolencia o noexistencia.
¡Que SATYAGRAHA ocupe el lugar central que merece en nuestras vidas!
Gracias.