Observaciones del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la proclamación del Día Internacional de la Madre Tierra
Nueva York
22 de abril de 2009
Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia,
Excelentísimo Señor Evo Morales Ayma,
Queridos amigos,
Hermanos y hermanas todos,
Me complace sumamente presidir esta sesión, en la que examinaremos y adoptaremos medidas sobre el proyecto de resolución titulado "Día Internacional de la Madre Tierra". Quisiera agradecer por su presencia a mi querido amigo Evo Morales Ayma, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia. Como saben, Bolivia ha sido el promotor de esta resolución ante la Asamblea General, y agradecemos la atención personal que el Presidente Morales ha dedicado a esta importante iniciativa.
La proclamación del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expone en la Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
La Madre Tierra es una expresión que se utiliza comúnmente en muchas culturas para designar a nuestro planeta y que se refiere a la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos.
El proyecto de resolución ha sido patrocinado en primer lugar por el Estado Plurinacional de Bolivia y copatrocinado por Antigua y Barbuda, la Argentina, Barbados, Belarús, Benin, Bhután, Bosnia y Herzegovina, el Brasil, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Chile, China, el Congo, Côte d'Ivoire, Cuba, Dominica, el Ecuador, Egipto, El Salvador, España, Filipinas, Guatemala, Haití, Honduras, Italia, el Japón, Kazajstán, Kirguistán, Kuwait, el Líbano, Luxemburgo, Mongolia, Nepal, Nicaragua, el Pakistán, el Paraguay, Portugal, la República Árabe Siria, la República Dominicana, la República Popular Democrática de Corea, Santa Lucía, Serbia, Seychelles, Somalia, el Sudán, el Togo, el Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela.
La proclamación del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra tiene por objeto invitar a los Estados, las Naciones Unidas y el resto del sistema intergubernamental, la sociedad civil organizada y demás interesados a que observen el día cada año. Nos ofrece una buena oportunidad de concienciar al mundo acerca de los desafíos que tenemos ante nosotros para asegurar el bienestar del planeta y de toda la vida que sustenta.
Me complace enormemente que hayamos aprobado esta histórica resolución por la cual se establece el Día Internacional de la Madre Tierra. Quiero dar las gracias al Presidente Evo Morales Ayma por sus inspiradoras palabras y por honrar a la Asamblea con su presencia hoy. Merece que lo felicitemos por hacer que nuestra preocupación sobre nuestro atribulado planeta revista más importancia en el discurso público. Agradezco también a nuestros distinguidos delegados por sus inteligentes intervenciones.
Creo que la adopción del Día Internacional de la Madre Tierra por la Asamblea tiene especial trascendencia en este momento de nuestra odisea humana. Como señalan los científicos, nos estamos acercando, y quizá ya hemos llegado, a un punto de inflexión en el que el daño que estamos infligiendo al medio ambiente es irreversible. Es posible que enfrentemos un futuro de decadencia inexorable a medida que destruimos los frágiles ecosistemas que sustentan toda la vida en el planeta. Lo que debemos preguntarnos ahora es cómo hacer más lenta esta decadencia o, en el mejor de los casos, cómo invertirla y devolver la salud a nuestro planeta.
También nos estamos acercando a un punto de inflexión en nuestra conciencia colectiva del terrible daño que nuestra especie está infligiendo a nuestra querida Madre Tierra. Somos ahora conscientes de la milagrosa complejidad de nuestra diversidad biológica terrestre y marina y de su fragilidad. Hace dos años, este noble órgano declaró el 2010 "Año Internacional de la Diversidad Biológica" como parte de los esfuerzos por hacer más lento el horrendo ritmo de la pérdida de la riqueza de nuestro planeta. Sin embargo, seguimos despilfarrando nuestra abundancia natural en nombre de una fe cuasireligiosa en las ganancias y en el mercado. La crisis económica y financiera que se está propagando debe ser considerada no sólo un fracaso de las políticas, sino una señal de alerta de que nuestro hiperconsumo, nuestra codicia sin límites y la obsesiva acumulación de poder y dominio no tienen futuro si queremos sobrevivir.
La Asamblea está enviando un mensaje especial de esperanza en el Día de la Madre Tierra. Estamos haciendo de las personas y el bienestar del planeta el centro de nuestra atención y reconociendo que la buena administración de nuestros recursos menguantes es una responsabilidad compartida. Después de todo, la Madre Tierra nutre y sostiene la vida y nuestra propia humanidad. Debemos, como hermanas y hermanos que somos, cuidar de la Madre Tierra a nuestra vez. Convirtámonos una vez más en buenos administradores. Oigamos los sabios consejos de los pueblos indígenas, que, contra viento y madera, han mantenido sus profundos vínculos con la naturaleza. Apoyemos a los miles de millones de pequeños productores de alimentos que, con métodos de agricultura sostenible, pueden seguir brindándonos alimentos saludables y no ser empujados a caer en la miseria por políticas comerciales injustas y agroindustrias codiciosas. Nuestra decisión hoy es un paso simbólico más para cambiar la mentalidad dominante que nos ha llevado tan cerca de la autodestrucción.
Esta mañana tenemos otra oportunidad de detenernos a pensar sobre este momento de la historia, sobre sus desafíos y las oportunidades que ofrece. Deseo ahora levantar esta sesión oficial de la Asamblea y pasar a la parte oficiosa.
Tengo el honor de presentar a dos personas, a dos héroes de la Madre Tierra, que han tenido una enorme influencia en la forma en que pienso sobre nuestra relación con la Madre Naturaleza. Leonardo Boff es, quizá, la voz profética de más renombre en América Latina hoy, una voz que manifiesta en forma magnífica nuestro especial contrato con la Madre Tierra. Estoy sumamente agradecido al Gobierno del Brasil por hacer posible que se encuentre entre nosotros en este histórico acto especial.
Nuestra otra invitada especial, Maude Barlow, es conocida y querida por todos los que reconocemos que es la principal autoridad mundial en materia de agua. Ella promueve los mismos valores espirituales que el Presidente Morales y Leonardo Boff, valores imprescindibles para la supervivencia de nuestra especie. Leonardo y Maude nos honran con su presencia. Abriremos esta parte oficiosa de la sesión con una breve exposición de la Sra. Barlow.
En nombre de la Asamblea, deseo agradecer de todo corazón a la Sra. Barlow, mi asesora especial sobre el agua, y al Sr. Boff por compartir su visión de lo que deberíamos hacer para devolverle la salud a la Madre Tierra. Creo que su mensaje, así como el mensaje de la Asamblea General, es un mensaje de esperanza y solidaridad.
Está claro que debemos movilizar nuestras fuerzas a nivel mundial para afrontar los problemas que hemos creado. No tengo ninguna duda de que las Naciones Unidas nos proporcionan la mejor plataforma para las enormes tareas que tenemos ante nosotros. Este foro también necesita la inspiración y la visión que nuestros científicos, activistas de la sociedad civil y líderes políticos pueden brindarnos.
Agradezcamos al Presidente Morales y a Maude Barlow y Leonardo Boff por las contribuciones que han hecho hoy. Y permítanme terminar invitándolos a asistir al importante acto especial en que celebraremos el Día Internacional de la Madre Tierra, que tendrá lugar esta tarde de las 14.30 a las 17.30 en la Sala 4.
Gracias.