Mensaje del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas dirigido a la II Reunión Ministerial del Movimiento de Países No Alineados, sobre el Avance de las Mujeres ante los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Guatemala, Enero del 2009

Estimado Hermano Felipe Pérez Roque

Mediante la presente ruego trasmitas mis más sinceros saludos al Presidente de la República de Guatemala, el Hermano Álvaro Colom Caballeros, a los Ministros y Jefes de Delegación de los países miembros en esta Reunión Ministerial y a todos y todas las y los participantes. Es un verdadero honor que me permitan dirigirme a ustedes en el marco de la II Conferencia Ministerial del Movimiento de Países No Alineados, sobre el Avance de las Mujeres,

En 1995, reunidos en Copenhague en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, los jefes de Estado y de gobierno de todo el planeta se comprometieron solemnemente a erradicar la pobreza y el hambre en el mundo. Ante ese desafío, los gobernantes dijeron muy claramente que por primera vez en la historia de la humanidad esa meta era posible con los recursos, el conocimiento y las tecnologías que la humanidad disponía en este momento. El documento de Copenhague establecía también que la erradicación de la pobreza no sólo es un imperativo ético y moral, sino además político, porque el sistema mundial no podría sustentarse sobre la base de enormes desigualdades.

Hoy, en medio de la crisis económica, financiera y energética que afecta al mundo, está claro que los desafíos y efectos de ésta se sentirá y ya se está sintiendo fuertemente en los países en desarrollo. De igual manera está claro que dicha crisis afecta y continuará afectando en especial, a las mujeres y las niñas. Por eso es absolutamente necesario, como condición sine qua non para alcanzar los objetivos del Milenio, asumir y poner en práctica los compromisos para la aplicación de la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y el Protocolo Opcional de la misma, así como la Declaración de Beijing y su plataforma de acción, para ir más allá de su aplicación a nivel nacional.

Dentro de ese contexto, aplaudo y acompaño al Movimiento de Países No Alineados por este esfuerzo de analizar la situación de las mujeres en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Si queremos alcanzar las metas establecidas para el 2015, urge reflexionar sobre los planes, políticas, programas y estrategias orientadas a mejorar la situación de las mujeres. Dentro de ese contexto quisiera hacer mención especial a la necesidad de la integración de los pueblos indígenas tomando en cuenta su cosmovisión, perspectivas y conceptos propios de desarrollo. Tenemos todos mucho que aprender de nuestros hermanos y hermanas indígenas sobre el respeto y cuidado de la Madre Tierra, el agua y la naturaleza, que forman la fuente y caudal de vida para todas las especies

No podemos ignorar que este desorden mundial acrece la carga de los más vulnerables entre nosotros, aquellas hermanas que ya de por sí viven bajo el yugo de la pobreza extrema, bajo la incertidumbre y el desarraigo del cambio climático, y sufren los daños directos y colaterales de las guerras impuestas por la agresión o la avaricia.

Hasta la fecha, los logros registrados hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio han sido, con pocas excepciones, limitados. Muchos países están rezagados y es probable que no alcancen, en el plazo fijado, las metas establecidas. Vale la pena, entonces, que aprendamos de aquellos que han logrado avances significativos, y nos ayudamos los unos a los otros a salir adelante todos.

Que el amor a la justicia los inspire.

Muchas gracias.

Miguel d'Escoto Brockmann

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