Observaciones del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la mesa redonda organizada con motivo del Día Internacional del Migrante, presentadas por el Excmo. Sr. Norman Miranda, Jefe de Gabinete de la Presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas

Sede de las Naciones Unidas, Nueva York

18 de diciembre de 2008

Excelencias,
Colegas,
Señores representantes de la sociedad civil,
Amigos,

Me complace estar con ustedes hoy y dar lectura a las observaciones del Padre Miguel d'Escoto, Presidente de la Asamblea General, en esta mesa redonda sobre los derechos de los migrantes y las medidas por facilitar su participación en los asuntos nacionales e internacionales. El Presidente, que se encuentra de viaje, les envía a todos un cordial saludo y lamenta no poder estar aquí en persona. Su mensaje es el siguiente:

Esta mesa redonda de expertos sobre los derechos de los migrantes constituye una importante actividad complementaria del conjunto cada vez mayor de normas y compromisos internacionales relativos a los problemas y retos a los que se enfrentan tanto el creciente número de migrantes en todo el mundo como los países que los acogen. La cuestión de la participación de los migrantes en los asuntos nacionales e internacionales constituye una esfera relativamente nueva en la que cabe impulsar los derechos de este grupo de personas. Reconocemos que los aproximadamente 200 millones de personas en todo el mundo que forman esta población vulnerable no deben recibir sólo protección, sino también la oportunidad de integrarse en las comunidades donde se han asentado y de participar de forma significativa en la vida económica, social y cultural de sus comunidades adoptivas. Debemos asegurarnos de que sus voces sean escuchadas tanto a nivel nacional como internacional.

Agradezco al UNITAR, a la Organización Internacional para las Migraciones y al Fondo de Población de las Naciones Unidas, así como a los numerosos académicos y representantes de fundaciones y organizaciones no gubernamentales interesadas que se encuentran hoy aquí entre los participantes, por haber elegido a las Naciones Unidas como foro para este debate. Como todos saben, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en 1990 la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, y, desde 2001, cada 18 de diciembre celebramos el Día Internacional del Migrante. Este foro en que se reúnen hoy ustedes contribuye a que la comunidad internacional preste una atención muy necesaria al Día del Migrante en este año.

La legislación, los programas, la labor de investigación y las campañas de concienciación a nivel internacional han proporcionado a los Estados Miembros de las Naciones Unidas una orientación valiosa para su labor de protección e integración de los migrantes. Han impulsado a las organizaciones de defensa de los derechos humanos, incluidas las oficinas de las Naciones Unidas, a realizar investigaciones e informes valiosos que han servido para que se prestara atención a casos bien documentados de violaciones de los derechos humanos, de discriminación y de marginación de estas personas en las sociedades en que viven, y han contribuido a mitigarlos. Dado que la gran mayoría de los migrantes viajan para buscar empleo, se ha hecho mucho hincapié en los derechos de los trabajadores migrantes y de sus familiares, y con razón. Las repercusiones de la migración para las economías de los países de acogida y la importancia de las remesas de los migrantes en sus países de origen son enormes.

Por su parte, la Asamblea General ha ido integrando cada vez más en su labor las complejas y variadas cuestiones relativas a la migración. En 2006, la Asamblea dedicó un diálogo de alto nivel de dos días de duración al tema de la migración internacional y el desarrollo. Los Estados Miembros subrayaron que reconocían que la migración podía ser una fuerza positiva para el desarrollo de los países de acogida, así como para los países de origen, siempre que recibiera el apoyo de un conjunto de políticas adecuadas.

Uno de los resultados del diálogo de alto nivel fue el establecimiento del Foro Mundial sobre la Migración y el Desarrollo, que constituye una valiosa plataforma para que los encargados de formular políticas intercambien ideas, normas y buenas prácticas en lo que respecta a la migración y el desarrollo y analicen nuevas iniciativas de cooperación internacional y de asociación entre múltiples interesados. El Foro ya se ha reunido dos veces, en Bruselas y en Manila.

Ha habido un amplio apoyo a la idea de incorporar la migración internacional en el nuevo programa de desarrollo de las Naciones Unidas y las cuestiones relativas a la migración en las estrategias nacionales de desarrollo, incluidas las estrategias de lucha contra la pobreza. Esta ha sido parte de la labor desarrollada por el Grupo Mundial sobre Migración creado por el Secretario General en 2006, en el que participan oficinas, fondos y programas de las Naciones Unidas que se ocupan de una amplia variedad de cuestiones relacionadas con las migraciones internacionales y el desarrollo.

Gracias a los esfuerzos cada vez más concertados de las Naciones Unidas, los gobiernos, los medios de difusión y organizaciones de la sociedad civil como las que se encuentran representadas aquí hoy, actualmente las cuestiones de la migración y los derechos de los migrantes son objeto de una atención mucho más positiva. Los beneficios económicos y las posibilidades que genera este dinámico flujo de personas son innegables. Además, cada vez se reconoce y valora más ampliamente su contribución a la diversidad cultural de los países de acogida.

Evidentemente, no podemos quitar importancia a la xenofobia, la discriminación y los conflictos por motivos étnicos que siguen formando parte también de la experiencia de los migrantes. No podemos subestimar los abusos de la trata o los graves efectos de la migración en las familias y en el desarrollo económico de los países que se dejan atrás. Sin embargo, decididamente estamos viendo las corrientes de personas a través de un prisma más positivo.

La comunidad internacional, encabezada por las Naciones Unidas, ha dejado de centrar su atención únicamente en los aspectos económicos de la migración y ahora se ocupa también de los desafíos que plantea la integración de los migrantes en los países de acogida. La migración es una experiencia que genera grandes tensiones y trastornos para la mayoría de los migrantes y sus familias. Los trastornos en la educación de los niños, los problemas relativos a la salud y el idioma, y la alienación causada por la marginación de los migrantes, en particular los jóvenes, pueden tener efectos devastadores durante años, incluso generaciones, si no se resuelven. Y se ha demostrado ampliamente que, en muchos países, no se ha prestado suficiente atención a estas cuestiones.

La mesa redonda que ustedes están llevando a cabo hoy es prueba de que ahora es posible celebrar debates más maduros sobre estas delicadas cuestiones. El derecho de los migrantes a participar plenamente en los asuntos de su país adoptivo ciertamente es un desafío para el que se necesitará contar con la orientación de políticas concertadas e innovadoras. Aguardamos con interés escuchar su debate y recibir las valiosas conclusiones y recomendaciones que, sin duda, formularán. En mi calidad de Presidente de la Asamblea General, les aseguro que los escuchamos y les estamos agradecidos.

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