Observaciones del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la reunión convocada para escuchar la exposición del Secretario General sobre el brote de la gripe A

Nueva York

4 de mayo de 2009

Excelencias,
Señor Secretario General,
Señora Vicesecretaria General,
Señora Directora General de la Organización Mundial de la Salud,
Amigos todos,

Me complace sumamente que contemos con la presencia del Secretario General, Ban Ki-moon, y con la participación por videoconferencia de la Doctora Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud, quienes nos informarán sobre la forma en que el sistema de las Naciones Unidas está respondiendo al brote de la gripe A (H1N1). Este brote, y la pandemia que podría resultar de él, son ahora el centro de atención de los medios de difusión y del público en general. Me tranquiliza saber que el sistema de las Naciones Unidas, siguiendo el ejemplo de la Organización Mundial de la Salud, está respondiendo enérgica y eficazmente a los diversos desafíos que plantea la gripe A. Este es, sin duda, el papel de liderazgo y coordinación que el mundo espera que las Naciones Unidas asuman en estos difíciles momentos.

Las Naciones Unidas están aprovechando la valiosa experiencia adquirida en epidemias anteriores y, más recientemente, en la amenaza de pandemia que supuso la gripe aviar. Estoy convencido de que, colaborando estrechamente con los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales, podremos hacer frente a esta amenaza letal con una actuación competente y equilibrada, pese a las características inciertas y cambiantes de esta enfermedad.

Nuestro desafío sigue siendo cómo coordinar mejor nuestra respuesta. Entiendo que el Secretario General mencionará los importantes progresos que se están logrando en este sentido.

Nuestra respuesta debe ser rápida pero mesurada. Nuestros mensajes deben ser claros y han de basarse en datos objetivos. Debemos evitar cualquier reacción exagerada que altere aún más la vida de la gente en estos momentos en que prácticamente todas las naciones enfrentan graves problemas.

Por otra parte, debemos escuchar atentamente las recomendaciones y preocupaciones planteadas por los Estados Miembros. Las Naciones Unidas deben centrar siempre su atención en las poblaciones más vulnerables que no pueden acceder fácilmente a la información ni al tratamiento, y prestar ayuda a los gobiernos que la necesiten.

Asimismo, es esencial que no resulte perturbada la labor de la Organización, especialmente de las oficinas que están preparando nuestra respuesta a la pandemia en sí. Debemos estar aquí para responder a este problema y a tantas otras necesidades urgentes. El propio sistema de las Naciones Unidas ha formulado planes para hacer frente a los imprevistos que puedan surgir en el caso de que se propague la pandemia. El personal de la Secretaría y del Consejo de Seguridad ha elaborado planes de trabajo alternativos; y pido que se preparen arreglos similares para asegurar que el importante trabajo de la Asamblea General continúe sin obstáculos.

La gripe A constituye otro desafío desagradable que nos recuerda nuestra vulnerabilidad. Enfrentémoslo con calma, coherencia, coordinación y cooperación. Actuemos con rapidez y firmeza para asegurarnos de que estos principios se apliquen en todo el mundo.

Señor Secretario General, tiene usted la palabra.

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