Declaración del presidente de la Asamblea General sobre la revitalización de la labor de la Asamblea General
Naciones Unidas, Nueva York
20 de noviembre de 2008
Me complace tener por fin la oportunidad de abordar el tema de la revitalización de la labor de la Asamblea General. Tenemos ahora ante nosotros propuestas concretas que nos permitirán reafirmar en los próximos meses las funciones de la Asamblea como principal órgano deliberante, representativo y normativo de las Naciones Unidas.
Como saben, la democratización de las Naciones Unidas es la prioridad principal de mi presidencia. Creo que debemos tomar medidas radicales para que la Asamblea General recupere su autoridad y pueda desempeñar las funciones que le corresponden como órgano más democrático de la Organización.
Ciertamente, somos el órgano más representativo del sistema internacional. Pero no creo que podamos llamarnos el más democrático.
Es verdad que cada Estado Miembro tiene un voto en la Asamblea General, y esto es lo que convierte a la Asamblea en un órgano singular dentro de la comunidad internacional. Pero hasta que no se devuelva a este órgano la autoridad que le confiere la Carta, nuestra democracia no podrá ejercer el verdadero liderazgo que el mundo necesita en este momento de la historia. Es imprescindible restablecer el equilibrio entre los órganos principales de nuestra Organización y asegurar que se respeten plenamente los poderes que la Carta asigna a cada uno de ellos. Considero que este es el objetivo último del proceso de revitalización.
Mi predecesor tuvo el buen criterio de establecer un grupo de trabajo especial sobre la revitalización de la Asamblea General encargado, entre otras cosas, de determinar formas de seguir fortaleciendo la función, autoridad, eficacia y eficiencia de la Asamblea. El informe del grupo nos proporciona, por primera vez, un examen general de las recomendaciones y modificaciones que se han hecho a lo largo de los últimos 16 años de reformas.
Agradecemos al grupo de trabajo por habernos presentado este examen amplio, y ahora debemos pasar a aplicar las recomendaciones que nos permitirán mejorar nuestros métodos de trabajo y ser más eficientes. En el informe se mencionan varias modificaciones que ya nos están ayudando a restablecer la credibilidad de la Asamblea como principal órgano deliberante y normativo. Por otra parte, debemos poner en práctica las resoluciones que todavía no hemos aplicado a fin de seguir racionalizando nuestro trabajo.
Antes de examinar el informe preparado por el grupo de trabajo especial, quisiera hacer unos breves comentarios que nos ayudarán a avanzar en la introducción de varios cambios específicos que creo que debemos y podemos efectuar durante este sexagésimo tercer período de sesiones.
Creo que tenemos claras oportunidades de mejorar la comunicación de la Asamblea General con otros órganos de las Naciones Unidas y, en un sentido más amplio, con los organismos especializados que conforman el sistema de las Naciones Unidas.
Se ha recomendado que el Presidente de la Asamblea se reúna con el Presidente del Consejo de Seguridad una vez al mes para examinar su plan de trabajo y consultar sobre cuestiones concretas de especial interés. Sugiero que esta reunión se lleve a cabo con la totalidad de la Asamblea, a fin de poder realizar intercambios más directos y dinámicos entre los dos órganos. Lo mismo podría hacerse periódicamente con el Presidente del Consejo Económico y Social, para crear una mayor sinergia entre ese órgano y la Asamblea.
En mis contactos con colegas de otros lugares de destino, he percibido que existe una sensación de aislamiento en los organismos especializados, fondos y programas del sistema de las Naciones Unidas. Aunque estos se reúnen con el Secretario General una vez al año, resultaría beneficioso para todos nosotros que se celebraran reuniones informativas con la propia Asamblea, lo que indudablemente contribuiría a su vez a la importante labor que realizan estos organismos. Hemos de encontrar oportunidades para realizar intercambios que sean oficiosos y cándidos y que verdaderamente añadan valor a nuestra labor.
Todos estamos de acuerdo en que habría que formalizar el proceso de selección del Secretario General. La Secretaría es un órgano sumamente importante de las Naciones Unidas, y el Secretario General debería seleccionarse mediante un proceso transparente e inclusivo. Hagamos el firme propósito de establecer procedimientos para realizar con la debida antelación un examen oportuno de los candidatos para la próxima elección. En el informe se mencionan muchas resoluciones que nos ayudarán a elaborar procedimientos y a definir parámetros importantes del puesto, incluidas la duración del mandato y la posibilidad de reelección.
También encuentro inspiradora la entusiasta respuesta al intercambio entre la Asamblea General y el grupo de expertos que organizamos el mes pasado. Estas consultas sobre la crisis financiera internacional nos dieron la oportunidad de reunirnos para examinar juntos la urgencia y magnitud del problema y las medidas prácticas para afrontarlo, y dieron como resultado la creación de una comisión de alto nivel que seguirá proporcionando orientación e ideas innovadoras sobre la forma en que la Asamblea puede contribuir a la nueva arquitectura financiera internacional que, como todos reconocemos, es necesario establecer.
La Asamblea ha demostrado una nueva agilidad en el examen de cuestiones urgentes que tenemos ante nosotros mediante el aprovechamiento de las enormes reservas de conocimientos especializados que existen dentro del sistema de las Naciones Unidas y de los expertos sobre el terreno. Ningún país puede, por sí solo, reunir a expertos tan diversos de todo el mundo en forma tan rápida. Debemos seguir aprovechando estas oportunidades y organizando respuestas significativas y orientadas a la acción.
Adoptemos, pues, un enfoque práctico en nuestra respuesta a este valioso informe y decidamos las oportunidades que existen para adoptar medidas inmediatas. Este será el verdadero indicador de nuestra vitalidad y nuestra determinación de proporcionar el liderazgo dinámico que se espera de nosotros.
Gracias.
