Observaciones del Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la reunión informativa del Secretario General con la Asamblea
Sede de las Naciones Unidas, Nueva York
19 de diciembre de 2008
Excelencias,
Señor Secretario General,
Amigos todos,
Me complace unirme a ustedes esta tarde para presentar al Secretario General, quien desea informar a la Asamblea sobre los acontecimientos más recientes y exponer sus puntos de vista acerca de los resultados de la Conferencia internacional de seguimiento sobre la financiación para el desarrollo que finalizó el 2 de diciembre en Doha. Como siempre, damos la bienvenida al Secretario General y escucharemos sus opiniones con gran interés.
Antes de dar la palabra al Sr. Ban, permítanme agradecerles a todos, en particular a los Presidentes de las Comisiones Principales, por la ardua y fructífera labor que han realizado a lo largo de los últimos tres meses. El sexagésimo tercer período de sesiones se ha reunido en un momento especialmente difícil para la comunidad mundial. Espero que pase a la historia por su oportuna y activa respuesta al cúmulo de crisis que afectan actualmente a todas las naciones del mundo.
En las últimas semanas, no he pasado con ustedes tanto tiempo como me habría gustado, ya que me he dedicado de lleno a nuestros esfuerzos por encontrar respuestas significativas de la Asamblea a los múltiples desafíos que enfrentamos. Por tanto, agradezco especialmente el apoyo que han prestado a mis esfuerzos y la confianza que me han mostrado, así como los extraordinarios progresos que han conseguido en tantos ámbitos.
Con tristeza, debo señalar que preveo que nuestras dificultades continuarán en 2009. Ahora bien, considero que estamos mejor informados y preparados para enfrentar juntos estos desafíos y adoptar medidas que impidan que las crisis se conviertan en una tragedia de larga duración para nuestros hermanos y hermanas menos afortunados. Debemos aprovechar estos períodos de crisis y convertirlos en oportunidades de cambio, un cambio inspirado por un nuevo sentido de urgencia y solidaridad con los miles de millones de personas que han depositado su confianza en las Naciones Unidas.
Les aseguro que el Secretario General y yo estamos empeñados en colaborar estrechamente para reforzar la capacidad de todo el sistema de las Naciones Unidas de responder a las crecientes exigencias y expectativas que se han depositado en él. Nuestra labor aquí en la Asamblea debe seguir inspirando a otros a unirse en un espíritu de cooperación y cumplir con sus responsabilidades.
Les deseo lo mejor en las próximas vacaciones. Se merecen un descanso. Volveremos en enero más frescos y decididos a continuar con las enormes tareas que nos esperan.
Señor Secretario General, tiene usted la palabra.
