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El cambio climático afecta a los más débiles en Namibia

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Esta arena seca y polvorienta es todo lo que queda del campo de maíz y hortalizas de Kariamakuju Kauta.

«Tenemos hambre, ese es el efecto de la sequía. Eso es lo que podemos ver. La gente tiene hambre. La gente se está muriendo».

Ella sólo tiene suficiente maíz para una semana. Después, no está segura de cómo encontrará comida para alimentar a su familia.

La desesperada situación de Kariamakuju es consecuencia de la peor sequía que ha vivido Namibia en 30 años. // La falta de acceso a los alimentos es un problema grave o moderado para aproximadamente 78.000 namibianos – un tercio de la población.

En mayo, el gobierno declaró una situación de emergencia y asignó unos 20 millones de dólares para proporcionar alimentos y agua a los afectados.

Las agencias de socorro también están ayudando.

La representante de UNICEF en Namibia, Micaela Marques de Sousa.

«El 29 por ciento de los niños de este país tiene un crecimiento atrofiado y eso es irreversible. Esto significa que al 29 por ciento de estos niños no les va bien en la escuela; significa que el 29 por ciento de estos niños salen del sistema educativo, así que los niños y las mujeres son los más afectados por la sequía».

Como respuesta a ello, UNICEF está incrementando las instalaciones de agua, saneamiento e higiene, así como las actividades educativas y de alimentación infantil.

Myo-Zin Nyunt es jefe de Salud y Nutrición de UNICEF en Namibia.

«Namibia ha experimentado retos cíclicos de sequía e inundaciones. Así que el gobierno y la comunidad internacional deberían verdaderamente trabajar hombro con hombro para de veras prevenir un mayor deterioro del problema del cambio climático que causa desastres naturales».

Mbete Tjisposa, una anciana en Ovahimba, su comunidad, ha vivido bastantes sequías . Pero dos años consecutivos sin lluvia en su aldea, en la región de Kunene, se están cobrando un precio.

«En años pasados nunca padecimos debido a la sequía, porque bebíamos leche y comíamos lo que queríamos. Ahora la sequía en verdad nos está afectando».

Mbete hierve una avena aguada de maíz, su único alimento del día. Las raciones de alimentos del gobierno aún no han llegado y ella debe mantener a varias familias con sus escasos recursos.

Al igual que en años previos, la comunidad está dispuesta a esperar a que la sequía termine. Pero queda por ver si tendrán la fuerza para hacerlo si la ayuda no llega pronto.

Este reportaje fue producido por Suzanne Beukes para las Naciones Unidas.

22 de noviembre de 2013

Mientras en Varsovia se celebra la Conferencia del Cambio Climático y los países debaten sobre cómo atajarlo, sus síntomas se dejan sentir en muchas partes del planeta, afectando a los más vulnerables, como sucede en Namibia, donde la extrema sequía impide una alimentación apropiada y hasta la educación.

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