Enlaces relacionados

• Temas mundiales: Mujer
• Declaraciones y Convenciones que figuran en las Resoluciones de la Asamblea General
• ONU Mujeres

Narración

Joy Ngozi Ezeilo entra en un mundo que hubiera preferido desconocer.

Este centro de inmigración de Turín, en Italia, trata con víctimas de un comercio cruel, el de los seres humanos.

«Sabemos que hubo la trata trasatlántica de esclavos y que acabó hace doscientos años. Pero ahora hay nuevas formas de esclavitud. El tráfico de seres humanos es una de ellas. El contrabando de personas es la forma moderna de la esclavitud.»

Joy, de origen nigeriano, es una abogada y profesora de Universidad a quien la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha encomendado la investigación de la trata a escala mundial. Como experta independiente, trabaja sin remuneración y, en ocasiones, corre un grave riesgo personal.

A invitación del Gobierno italiano, lleva a cabo una visita de diez días por todo el país para reunirse con distintas autoridades, así como con mujeres y niñas, víctimas del tráfico. Pamela es una de ellas.

«El hombre que me dijo que mi hermana necesitaba una niñera era su amigo.»

Pamela confiaba en ese amigo de la familia, que le prometió una ocupación bien pagada, un visado de trabajo y un billete de avión a Italia. Pero nada era cierto y, cuando llegó al país, la obligaron a prostituirse para pagar el coste de su viaje.

«Mi primer día de trabajo fui a esconderme. Me fui a una esquina y me quedé allí, llorando. Lloraba porque nunca había tenido que hacer algo así en mi vida.»

La situación de Pamela, al igual que la de miles como ella, pasó inadvertida. Si al llegar, le hubieran hecho las preguntas adecuadas, habría sido identificada como una víctima del tráfico y la ley italiana la habría amparado. Señala el abogado Guido Savio, especialista en inmigración.

«La misma policía no se pregunta tan siquiera si esa mujer en la calle puede ser una víctima del tráfico. Y no se dan cuenta que, al no hacerlo, violan los protocolos de los tratados internacionales para identificar a las víctimas.»

Cada año, como parte de su trabajo de Relatora Especial sobre la Trata, Joy entrega informes detallados a la Asamblea General o al Consejo de Derechos Humanos, con el resultado de sus pesquisas y con recomendaciones para combatir el tráfico de seres humanos.

«La trata requiere una respuesta multilateral y multidisciplinar. Ningún país puede combatirla por sí solo. »

Pamela pudo escapar de su traficante y las autoridades italianas le dieron protección, además del derecho a permanecer en el país. Pero para Joy, que representa la voz de quienes no pueden hablar por sí mismos, la lucha continúa.

«Pienso que esta situación ha durado demasiado tiempo. Debemos decir basta. Levantarnos, denunciarlo y acabar con ello. De esa forma, podremos erradicar esta esclavitud moderna de la trata.»

Este reportaje fue producido por Austin Haeberle para las Naciones Unidas.

¡Síguenos!