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Narración

«Me llamo Elizabeth Afi Koso y cultivo moringa. Cuando llego a algún sitio, todos saben que estoy allí para concienciar sobre el uso de esta planta. Sí, ¡soy Mamá Moringa!.»

El árbol de la moringa oleifera es originario de la India, donde sus hojas y frutos se han consumido durante mucho tiempo por sus beneficios nutricionales. No obstante, aquí en Togo, en África Occidental, sigue sin ser una planta muy conocida...

Elizabeth se ha unido a la Cruz Roja togolesa para enseñar a los lugareños a cocinar la moringa e incorporarla a su dieta diaria.

«Al comer moringa, mejoramos nuestra salud porque tiene muchas vitaminas que nos ayudan a seguir con nuestro trabajo.»

El árbol de la moringa, resistente a las sequías y de rápido crecimiento, se puede cultivar fácilmente en zonas subtropicales. Muchos agricultores apuestan por las propiedades nutritivas y lucrativas de esta planta.

«Hemos demostrado que contiene muchos nutrientes, como vitaminas y minerales. Se la recomendamos a la comunidad local para luchar contra la malnutrición.»

El Profesor Kokou trabaja para la Universidad de Lomé, en Togo, y es miembro del movimiento Forest&Life, que contribuye a la reforestación local y la conservación de los bosques mediante el cultivo de moringa.

«Puede que la moringa no sea un árbol muy grande, pero si se planta en cantidades suficientes, puede contribuir a luchar contra la degradación del terreno y la deforestación.»

En los últimos 60 años, Togo ha perdido más de la mitad de la superficie forestal, a un ritmo tan alto que puede provocar la desaparición definitiva de los bosques. Su tasa de deforestación sigue siendo una de las más elevadas de África.

Pero con la ayuda del movimiento Forest&Life, el profesor recibió una subvención para crear un vivero de moringa, en el que enseñan a los agricultores a cultivarla antes de distribuirla localmente.

Un joven agricultor supervisa las operaciones del día a día.

«Me llamo Adévou Komlah Eric. Empecé a plantar árboles para ayudar a regenerar los bosques desaparecidos. Ahora tengo por lo menos 3 hectáreas de cultivos de moringa... A mi mujer y a mi hijo les encantan los platos cocinados con esta planta. Se la he dado de comer a mi hijo Maxwell desde que nació. Le ha ayudado a convertirse en un niño muy inteligente. También ha ayudado a mejorar la salud de toda la familia.»

«La nutrición es algo extremadamente importante, especialmente en lo que respecta a la alimentación de los niños.»

Elizabeth Tchaptchet es la directora del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas en Togo.

«En los últimos años, nos hemos centrado en comprar productos locales, sobre todo moringa, ya que así contribuimos a los ingresos de la población y al aumento de la producción. De este modo, también ayudamos a mejorar su calidad de vida. Estamos contemplando la posibilidad de incluir la moringa en nuestras canastas de alimentos.»

Hoy en día, el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques, el organismo de la ONU encargado de la protección de los bosques del planeta, reconoce la moringa no sólo como una fuente de nutrición, sino también como una fuente de financiación tanto para el sustento local como para la conservación forestal en Togo y otras zonas.

La demanda de los productos derivados de este árbol ha aumentado en Togo, y el polvo de hoja de moringa ahora se vende como un suplemento nutricional en las farmacias del país y del extranjero.

Elizabeth y los aldeanos están aumentando la producción para cubrir la demanda. Recogen, separan y juntan las ramas. Las hojas, una vez secadas, se muelen para hacer un polvo fino.

Después, Elizabeth entrega el polvo a un comprador local para que lo distribuya en el mercado.

«No tengo problemas financieros. Obtengo ingresos adicionales gracias a la venta de moringa. Puedo ayudar a mis hijos y escolarizarlos. Cuando necesito dinero, vendo moringa.»

Son buenas noticias tanto para la población como para sus bosques.

Este reportaje es una producción de Nathan Beriro para las Naciones Unidas.

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