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• Las Naciones Unidas y la asistencia humanitaria

Narración

Abril de 2015 – Un terremoto de 7,9 grados sacudió Nepal, en el sur de Asia.

Más de 8000 personas murieron sepultadas bajo los escombros y 17 000 resultaron heridas.

En la capital, Katmandú, el 75% de los edificios fueron destruidos, dejando sin hogar a decenas de miles.

Las familias afectadas necesitaban con urgencia comida, agua y otras necesidades básicas como medicamentos y refugios.

El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, PMA, Ertharin Cousin.

«Lo que necesitamos es asegurar que recibimos los recursos necesarios para que nadie pase hambre ni se encuentre desasistido.»

Hasta este momento, el PMA ha distribuido alimentos para más de 300 000 personas, especialmente aquellas que se encuentran en áreas remotas y de difícil acceso.

Angeli Mendoza, portavoz en Kerauja

«Estamos usando camiones donde podemos y helicópteros para los que están sin asistencia alimentaria y más alejados en áreas montañosas. Combinamos alimentos y otras necesidades urgentes tales como tiendas y medicinas.»

Según UNICEF, que está trabajando con el Gobierno y otros socios, unos dos millones de niños y su familia necesitan ayuda inmediata.

Más importante aún, los niños que han sido separados de sus padres tienen una necesidad urgente de apoyo para sobreponerse al trauma causado por el terremoto. Los equipos de UNICEF trabajan para identificarlos, ayudarlos y confortarlos de su pérdida.

También se han establecido refugios temporalis, donde los niños pueden venir, jugar, aprender y tartar de volver a su vida rutinaria, dice el jefe de los Servicios de Protección a la Infancia, Virginia Pérez.

«Lo que ve aquí es lo que llamamos un lugar agradable para los niños. Es un espacio para que los niños jueguen, se sientan seguros, se mezclen con sus amigos y reganen un sentimiento de normalidad en sus vidas.»

Como muchos otros niños, Monika vive en una tienda en un campamento para desplazados vecino. Su casa quedó completamente destruida por el terremoto, pero su familia se las arregló para escapar.

«Me siento feliz porque tengo una oportunidad de pintar y expresarme.»

Mientras la sesión de los monzones se acerca, fuertes réplicas y terremotos continúan sacudiendo el país.

Cerca de la frontera que Nepal comparte con China se siente otro temblor. Pese a ello, la vida está empezando a volver a la normalidad y las escuelas reabren sus puertas para que los niños vuelvan a sus clases.

Este reportaje fue producido por Sonia Herrero para las Naciones Unidas.

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