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Haitianos: El futuro en sus manos

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«Era la propietaria de un negocio antes del 12 de enero. Después de esa fecha todo se acabó. Perdimos todo».

Tres años después del mortal terremoto que devastó Haití, Natasha Laforest es una de las haitianas que está comenzando a ver un rayo de esperanza en la lucha por reconstruir su hogar y su medio de subsistencia.

«Descubrí este programa y recibí unos cursos sobre construcción e ingeniería civil... Aprendimos a fabricar materiales de construcción y después a edificar casas».

Natasha es una de las participantes en «16 vecindarios, 6 campamentos», o el Proyecto 6/16.

Es un programa diseñado por el Gobierno haitiano, en colaboración con el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y otros ocho grupos sin fines de lucro, basados todos en la capital, Puerto Príncipe.

«Los sectores más afectados tras el terremoto fueron la red de comercio al por menor y las pequeñas empresas alrededor de las ciudades y el área afectada. Muchas de esas pequeñas empresas pertenecen a mujeres que mantienen una o varias familias con esos ingresos».

La reconstrucción de la economía es una de las prioridades del Gobierno haitiano, que procura generar oportunidades, especialmente dirigidas a las mujeres y los jóvenes.

«Tanto las mujeres que se dedicaban a los negocios, como las familias, se quedaron totalmente desamparadas. El Proyecto ‘6/16’ se diseñó para ayudarlas a volver a empezar y ser lo que eran antes».

En uno de los proyectos, las mujeres aprenden a formar cooperativas, dedicadas a la cría y venta de pollos. Reciben entrenamiento, microcréditos y visitas regulares de los veterinarios.

Ninite Eltebe es uno de los miembros de las cooperativas.

«No me iba nada bien porque mi esposo está demasiado enfermo para trabajar. Ahora soy la que mantiene la familia... Mi hermano murió de cólera y sus hijos viven conmigo. Gracias al dinero que gano vendiendo pollos, puedo mandar a los chicos a la escuela. La organización nos ayuda a salir adelante. Especialmente a mí, mucho, mucho».

Hasta el momento, el proyecto ha dado entrenamiento vocacional y profesional, que va desde la artesanía a la construcción, a unas 750 mujeres, creando más de 450 nuevos empleos y 350 microempresas.

Myriam Fetière, del Ministerio Haitiano de las Mujeres, coordinadora del proyecto.

«Tenemos tanta gente joven en Haití que no tienen trabajo o una profesión... Este proyecto es una manera en que el Ministerio puede ayudar a la gente joven a ser dueños de su propio destino y tomar el futuro en sus manos».

Ahora que lleva un pequeño negocio, Natasha es una de las mujeres que usa la formación que aprendió en los cursos para ayudar a construir una economía más sostenible.

«Empezaremos otros proyectos en el sector de la construcción, incluyendo una iglesia, una escuela y una clínica de salud. Quiero seguir aprendiendo para el futuro. Ahora puedo pensar en convertir mis sueños en realidad».

Este reportaje fue producido por Andrew Hein para las Naciones Unidas.

31 de mayo de 2013

La mejor forma de ayudar a quienes lo han perdido todo es darles las herramientas para construir su propia vida a través de la educación. Eso precisamente es lo que las Naciones Unidas están haciendo con las víctimas del terremoto de Haití, mediante proyectos de formación.

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