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Soldados de la paz, soldados de madera, soldados para el sustento

Narración

Todos los sábados, la base militar brasileña de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití se transforma en un mercado.

Los productos más populares son estos soldados de madera. Dependiendo de su tamaño, su precio oscila entre los 15 y los 200 dólares.

Germain Manasse los talla.

«Si pasas a las 10:30, ya no encuentras nada. Después de que cada militar brasileño compre uno, se vendió todo.»

El teniente coronel Anuruddha Seneviratne de MINUSTAH

«Hoy adquirí tres soldados de madera para entregárselos como recuerdo de Minustah a tres comandantes de contingentes que se van del país la semana próxima.»

Estas figuras de madera están hechas a mano en el centro de Puerto Príncipe, en el taller de Manasse, cerca de la ajetreada Calle Grande. Cada mes, se fabrican aquí entre 120 y 150 soldados, lo que significa unos ingresos fijos para muchos artesanos, como Jean Samule Rosembert.

«Esta actividad me ayuda a vivir. Puedo añadir que es un regalo que me legó mi padre, que también es escultor. Cuando nací, le vi trabajar y aprendí a tallar.»

La empresa de Manasse comenzó en 2004, cuando la ONU estableció su misión en Haití. Al principio, Manasse sólo fabricaba los casquitos azules. Después, un soldado brasileño le pidió que esculpiera todo un soldado. Le tomó un año entero crear y perfeccionar el diseño. De ahí, despegó el negocio.

Ahora produce también tallas de madera con el logo de las Naciones Unidas, acompañadas con frecuencia de mensajes en español o portugués.

«Cuando los militares se van de Haití, siempre tienen prisa. Necesitan soldados de la ONU, tallas y miles de otras cosas; tengo que trabajar rápidamente, partir la madera, cotarla a medida, pintarla y barnizarla.»

Manasse conoce todos los detalles del personal militar. El último paso de la producción es pintar los soldaditos.

«Todos los soldados ya están acabados; tengo que barnizarlos y entregárselos mañana a los militares guatemaltecos.»

El barniz apenas está seco y los clientes ya llegaron. Como suele ocurrir, están satisfechos con esos soldaditos de madera que se parecen a ellos.

El Sargento Roberto Urizandi, de la unidad militar guatemalteca.

«Decidimos venir a comprar unos recuerdos para la gente que regresa a casa. Normalmente, también se los pedimos para la gente que nos visita. Manesse es un buen trabajador; por eso venimos aquí.»

Además, siempre está listo para otros encargos. Su tienda frente a la sede de MINUSTAH tiene una ubicación estratégica. Con la ayuda de su equipo y la demanda constante de estos soldados especiales, este grupo de artesanos pueden vivir con una estabilidad económica y una esperanza.

Este reportaje fue producido por Sandra Miller para las Naciones Unidas.

24 de mayo de 2012

Los cascos azules tienen como misión mantener la paz pero en Haití, además, sirven de modelo para los artesanos locales, que se ganan el sustento vendiendo sus réplicas de madera.

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