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Bangladesh, fábricas más seguras

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En Bangladesh, un país del sur de Asia, se concentran cientos de fábricas de ropa que son vitales para la economía del país.

Khaleda es una de las millones de personas que trabajan en este sector. Ella trabaja en un pequeño taller de costura en Daca, la capital del país.

Cuando el Rana Plaza —el edificio donde trabajaba— se derrumbó, Khaleda estuvo atrapada entre los escombros durante 16 horas.

«El edificio comenzó a temblar, había mucho ruido y salí corriendo. Cinco o seis pasos después, ya no se veía nada. Empecé a caer como un ascensor y lloraba. El techo estaba tan cerca que lo tocaba con la nariz. En cada respiración, lo sentía en mi cara. Todos pensábamos que íbamos a morir y nos despedíamos los unos de los otros».

Desde el accidente, el Gobierno de Bangladesh, el sector textil, los sindicatos y la comunidad internacional se han unido para mejorar los estándares de seguridad en el trabajo y asegurarse de que los trabajadores conocen sus derechos.

Hoy, con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), equipos de ingenieros estructurales y expertos en seguridad inspeccionan las fábricas por todo el país.

Dr. Mehedi Ansary, de la Universidad de Ingeniería y Tecnología de Bangladesh.

«Si encontramos algún problema en una fábrica, evacuamos inmediatamente el edificio, paramos por completo todas las actividades e informamos a la comisión inspectora ».

Los empresarios apoyan esta iniciativa y reconocen el beneficio que supone para sus negocios, asegura Mohammad Moniruzzaman, director de una empresa.

«Esto puede contribuir a un aumento de la rentabilidad, ya que podremos decir a nuestros clientes que nuestros edificios son seguros, que no hay riesgos de seguridad si nos dan trabajo».

También se están produciendo otros cambios. En los últimos 15 meses, se han registrado más de 130 sindicatos en Bangladesh, en comparación con los solo dos registrados en los tres años anteriores.

Y lo que es más, se ha reformado la legislación laboral y se han creado 400 nuevos puestos de inspectores, nos dice Srinivas Reddy, director de la OIT en Bangladesh.

«Todo esto lo veo como el principio de un proceso de cambio, tanto en cuanto a los derechos de los trabajadores como a las cuestiones de seguridad en el trabajo. Los sindicatos nuevos confían en que sea un cambio en beneficio de los trabajadores. También el tema de la seguridad está tomando impulso en Bangladesh ».

Ahora el gobierno, con la ayuda de la OIT, ofrece apoyo psicológico a los supervivientes y a sus familias mediante actividades tales como los juegos de rol y el teatro para ayudarles a superar el trauma vivido.

Por el momento, Khaleda está dejando atrás la traumática experiencia y sigue adelante con su vida. A través de una iniciativa de la OIT, se ha formado como modista y ahora está considerando la posibilidad de abrir su propio taller.

«Tengo la suficiente valentía y experiencia para montar mi propio taller. Tengo mucha voluntad y lo voy a hacer».

Con los nuevos estándares de seguridad, las inspecciones y la concienciación sobre los derechos de los trabajadores, Bangladés confía en que sucesos como la tragedia del Rana Plaza nunca se repitan.

Este reportaje ha sido producido por Sandra Kuchen para las Naciones Unidas.

10 de octubre de 2014

Desde que el Rana Plaza se derrumbó causando la muerte a un millar de personas, las autoridades de Bangladesh, con ayuda de la Organización Internacional del Trabajo, han puesto en marcha medidas para construir fábricas más seguras y mejorar la seguridad laboral en la industria textil.

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