El premio se otorga anualmente en dos categorías, una a la “Mejor práctica en gestión del agua” y otra a la “Mejor práctica de participación pública, educativa, de comunicación y/o sensibilización”.

Los siguientes criterios de selección se aplicarán a las Candidaturas para la Categoría 1:

1. La mejor práctica debe haber contribuido sustancialmente a la mejora de las condiciones de vida sobre una base sostenible, especialmente a las condiciones de vida de los grupos más pobres y desfavorecidos de la sociedad, y demostrar un impacto positivo. Posibles impactos a considerar, incluyen pero no están limitados a:
   1. Mejora de las condiciones de salud;
   2. Mejoras en la prevención, preparación y mitigación de desastres;
   3. Sistemas de administrativos, de información y gestión más eficaces y eficientes;
   4. Integración social y reducción de la exclusión;
   5. Consideración de la igualdad de género y de temas de equidad en la toma de decisiones, la asignación de recursos y el diseño y ejecución de programas;
   6. Participación comunitaria en la toma de decisiones y asignación de recursos.
2. La mejor práctica debe haber hecho una contribución sobresaliente a la gestión sostenible del agua. Las contribuciones a considerar incluyen, pero no se limitan a:
   1. GIRH;
   2. Adaptación al cambio climático;
   3. Mejora de la calidad del agua, disminución de la contaminación del agua;
   4. Aumento de la eficiencia en el uso del agua;
   5. Mejora de la gobernanza del agua;
   6. La protección y conservación de los recursos naturales y del medio ambiente, por ejemplo, a través del establecimiento y gestión de áreas protegidas de especial importancia para el ciclo del agua.
3. La mejor práctica debe resultar en cambios duraderos en al menos una de las siguientes áreas:
   1. Marcos legislativos y reglamentarios, estatutos o normas de reconocimiento formal de las cuestiones y problemas que han tenido en cuenta;
   2. Marcos institucionales y procesos de toma de decisiones que asignan funciones y responsabilidades claras para los distintos niveles y grupos de actores, como las organizaciones gubernamentales centrales y locales y organizaciones de base comunitaria; y
   3. Sistemas de gestión eficientes, transparentes y responsables que hagan un uso más eficaz de los recursos humanos, técnicos, financieros y naturales.
4. Las mejores prácticas deben basarse en la colaboración de, al menos, dos socios:
   1. Organización gubernamental o agencia, incluidas agencias a ayuda bilaterales;
   2. Ciudad, autoridad local;
   3. Organización no-gubernamental (ONG);
   4. Organización comunitaria;
   5. Sector privado (ej.: operadores de agua);
   6. Institución de investigación y académica;
   7. Medios de comunicación;
   8. Fundación pública o privada;
   9. Institución educativa.
5. La mejor práctica incluye políticas y/o estrategias sectoriales que tienen la capacidad para ampliar su escala.
6. Criterios adicionales:
   1. La capacitación de la comunidad para mantener los servicios y las infraestructuras del agua;
   2. Cómo otros han aprendido o se han beneficiado de la iniciativa;
   3. Medios utilizados para el intercambio o la transferencia de conocimiento, experiencia y lecciones aprendidas.

1. La capacidad, como se demuestra en la descripción de la propuesta, para mejorar las prácticas de participación y comunicar con claridad y eficacia.
2. Liderazgo inspirando acción y cambio.
3. La mejor práctica debe haber hecho una contribución sobresaliente y tangible para a la mejora de la participación y al desarrollo de conciencia sobre los problemas del agua y el saneamiento. Posibles impactos a considerar incluyen pero no están limitados a:
   1. Mayor participación de las partes interesadas en acciones específicas;
   2. Aumento de la conciencia de la comunidad sobre el uso adecuado del agua y el saneamiento en la vida diaria;
   3. Aumento de la comprensión de la comunidad de la situación del agua, las causas de la situación, su relación con la seguridad alimentaria y los retos relacionados;
   4. Aumento de la conciencia sobre el saneamiento ambiental.
4. La mejor práctica debe haber tenido éxito en el desarrollo de la conciencia en materia de agua y saneamiento entre los grupos más desfavorecidos de la sociedad, en particular:
   1. La gente empobrecida;
   2. Las personas con bajos niveles de alfabetización;
   3. Las personas con discapacidad;
   4. Las mujeres; y
   5. Los pueblos indígenas.
5. La mejor práctica debe haber contribuido a la educación de la infancia/adultos a través de programas de alfabetización y post alfabetización.
6. Las experiencias deben haber sido exitosas en la propuesta de los formatos más adecuados para el público objetivo. Esto podría incluir:
   1. Reuniones comunitarias;
   2. Dramatizaciones en la calle y programas culturales;
   3. Debates/programas interactivos;
   4. Discusiones de grupo;
   5. Programas de radio, televisión, documentales;
   6. Seminarios/talleres de trabajo;
   7. Publicación en tablones de anuncios;
   8. Distribución de carteles, folletos, etc.
7. La mejor práctica ha considerado e integrado las percepciones de la comunidad dentro de las iniciativas de comunicación, educación o sensibilización.
8. La mejor práctica ha contribuido a cambiar las actitudes de las personas y/o comportamientos.
9. La mejor práctica se asocia con un proyecto de suministro de agua y/o saneamiento.
10. La mejor práctica ha ayudado a la gente a intercambiar experiencias, aprender unos de otros y/o fomentado el diálogo y el debate.
11. La mejor práctica se ha traducido en cambios