>> Más información sobre el proyecto 'Protección de los lagos de Bangalore para la posteridad'

Antecedentes

La cuenca del lago Naivasha sufre un grave problema de sedimentación a nivel de la cuenca del río Malewa, lo que está causando una masiva eutrofización corriente abajo del lago Naivasha. De hecho, la situación es tan grave que se teme que, si no se toman medidas urgentes para remediarlo, el ecosistema del lago colapsará totalmente en los próximos diez años, lo que provocaría un impacto negativo sin precedentes sobre el turismo, la horticultura, las fuentes de energía y la industria pesquera que dependen de las aguas del lago para su desarrollo.

El proyecto

La Oficina nacional de Kenia del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en colaboración con CARE–Kenia, llevan a cabo un modelo de Pago por servicios ambientales en el que las comunidades aguas abajo que se benefician de las iniciativas de conservación aguas arriba recompensan a los propietarios de las tierras aguas arriba por implementar medidas de conservación de forma voluntaria que reducen el sedimento de limo en los ríos y garantizan la disponibilidad de agua limpia aguas abajo. Los esfuerzos de conservación río arriba incluyen la rehabilitación y mantenimiento de las riberas, la plantación de campos de hierba y el mantenimiento de terrazas a lo largo de las pendientes de las laderas, la reducción del uso de agroquímicos y la plantación de árboles autóctonos, frutales de alto rendimiento y cultivos protectores que mejoren la productividad de las granjas y que conllevan una mejora en la calidad y la cantidad del agua del río y en los medios de vida. Los propietarios o los gestores de las tierras aguas arriba, en su mayoría pequeños granjeros, son, de esta manera, los vendedores de los servicios ambientales, mientras que los usuarios de agua río abajo son los compradores del servicio y constituyen entidades económicas como plantaciones de flores, establecimientos turísticos o instituciones gubernamentales. El modelo se administra de mutuo acuerdo en forma de un contrato legal entre los Usuarios de los Recursos Hídricos que representa tanto a los compradores como a los vendedores.

Resultados obtenidos

Prácticas mejoradas de gestión. El proyecto ha impartido varios cursos técnicos y de gestión a los agricultores, proporcionándoles nuevos conocimientos y capacidades y mejorando otras. Los agricultores han aplicado los conocimientos y capacidades adquiridos para mejorar la forma de operar y gestionar la actividad en sus granjas. Algunos de los conocimientos y capacidades "más útiles" han resultado ser la protección de las riberas del río; la plantación y gestión de pasto elefante (pasto napier o de Uganda) a lo largo de los límites de las parcelas para la conservación del suelo; y, la conservación y almacenaje del forraje, entre otros. La aplicación de estos conocimientos y capacidades en las granjas ha reducido el derroche, mejorado la productividad y aumentado los ingresos.

Mejora de las ventas de las granjas. La mayoría de los granjeros beneficiados han visto aumentar sus ventas. Este aumento en las ventas es atribuible a la captación de nuevas y mejores variedades de cultivos, así como a la adopción de prácticas de gestión de la granja mejoradas. Mientras que la dimensión de las mejoras varía en función de cada granja, todos ellos atribuyen al proyecto el aumento de sus ingresos. Durante un debate con el Grupo de Granjeros, éstos informaron que las ventas habían aumentado entre un 20% y un 40%.

Reducción del tiempo invertido por las mujeres en la búsqueda de forraje. Este constituye probablemente uno de los efectos más importantes del proyecto sobre mujeres y niños. Durante una sesión sobre género, las mujeres expresaron que el proyecto ha reducido enormemente el tiempo que destinaban a buscar alimento para el ganado, tarea tradicionalmente encargada a las mujeres dentro de la comunidad, al poder disponer de pasto elefante (pasto napier o de Uganda) en la propia granja; así como por la formación facilitada a los granjeros en cuanto a preparación de paja y ensilado. Las mujeres dijeron que antes de esto, destinaban a la búsqueda de pastos una media de 8 a 10 horas a la semana y señalaron que ahora utilizaban el tiempo liberado para otras actividades más productivas como el trabajo en la granja, el negocio o el cuidado de los hijos, mientras que los niños y niñas disponían ahora de más tiempo para estudiar y jugar.

Mejora en la calidad del agua. En realidad, esta fase del proyecto piloto no se diseñó para provocar un impacto real a este nivel, sino para demostrar la posibilidad de conseguirlo a través de iniciativas de Pago de servicios ambientales. Sin embargo, muchos de los usuarios aguas abajo creen que es posible mejorar la calidad y la cantidad de la corriente de agua río abajo a través de las actividades del proyecto. En opinión de muchos de ellos, todo lo que se requiere es un paso más para aumentar el número de compradores y vendedores involucrados.

Antecedentes

Aunque solo un 40% del área de tierra cultivable en India es de regadío, debido a la dependencia de las aguas subterráneas para el riego (el 80% del regadío procede de aguas subterráneas), una parte sustancial de su geografía está en grave peligro. La sobreexplotación del suelo ha ocasionado pérdidas en productividad y producción y en algunos casos la pérdida total de la cosecha. Esto ha traído como consecuencia el suicidio de miles de granjeros en India. Igualmente, el distrito Dewas en el altiplano de Malwa en la provincia de Madhya Pradesh también afronta un grave problema de escasez de agua. Con una precipitación media anual de 900 mm (40 días de lluvia al año) lo que supone menos de la media nacional. La intensidad de los cultivos es de solo un 120% con limitadas opciones en cuanto a medios de vida y con una fuerte migración socioeconómica en la región que afecta principalmente a los más pobres, en especial a las mujeres. Tanto la productividad como la producción se han visto disminuidas en la región.

El proyecto

Conscientes de los problemas de los granjeros de la región, la administración del distrito, capitaneada por el oficial Umakant Umrao, que fue nombrado Administrador del Distrito de Dewas en febrero de 2006, urgió a la recolección del agua lluvia como posiblemente la única solución para superar los problemas de agua de la zona. La administración puso especial empeño en la construcción de estructuras de captación de agua de lluvia que fueran costo-efectivas y que se gestionaran localmente.

Alertados por los problemas asociados normalmente a la construcción, mantenimiento y gestión de las estructuras comunales de captación de agua de lluvia y por los frecuentes conflictos acerca de la distribución del agua disponible en dichas estructuras, el modelo propuesto impulsaba la construcción de estructuras de captación descentralizadas en las tierras de cada agricultor individualmente con el objetivo de promover el uso conjunto del agua disponible para un crecimiento sostenible y con riesgo cero. Se argumentó que este modelo, además de evitar los problemas asociados a las estructuras comunales de captación de agua de lluvias, daría a los propietarios de las granjas pleno control sobre el agua disponible y llevaría a un uso más eficiente de la misma. Este modelo de captación de agua de lluvia fue denominado "Rewa Sagar".

En India, el número de familias propietarias de tierras es muy bajo, al igual que el excedente de capital para invertir. En este escenario, pasar del plano conceptual a la aplicación realista supuso un enorme reto para la administración. En primer lugar, los granjeros siempre se han mostrado reticentes a destinar incluso una pequeña parte de la tierra cultivable a otro fin distinto del cultivo. En segundo lugar, la administración no quería hacer uso de las subvenciones a los granjeros ni como herramienta de estímulo para la inversión en la captación de agua de lluvia, ni para compensar parcialmente los costes de construcción o las pérdidas en la producción que afrontarían los granjeros al sacar una parte de sus tierras fueras de la producción.

Cuidando especialmente el proceso de implementación, en vez de pensar en un gran lanzamiento del modelo, la administración del distrito comenzó en el año 2006 con una aproximación inicial a los granjeros relativamente grandes (con más de 4 hectáreas de tierra agrícola) y persuadiéndoles para destinar entre 1/10 y 1/15 parte de sus tierras a la conservación del agua y las estructuras de captación, con lo que se podría almacenar el agua de las escorrentías durante la época de los monzones (estación de lluvias) y, de ese modo, garantizar el suministro de agua de riego durante la estación seca del Rabi (segunda cosecha). Los granjeros podrían también usar parte del agua almacenada o conservada para, incluso, suministrar el tan necesario regadío a las cosechas del Kahrif (en la estación de lluvias) durante los intervalos que ocasionalmente ocurren entre dos días de lluvia durante la época de los monzones.

Results achieved

En la actualidad hay más de seis mil estanques en el distrito de Dewas, y el número no para de crecer. El impacto puede medirse en el hecho de que todos los esfuerzos gubernamentales e individuales en cuanto a regadío desde la independencia han supuesto un crecimiento adicional del 3% de irrigación garantizada en 50 años, mientras que este movimiento ha elevado este porcentaje al 12% en cinco años. Este esfuerzo ha sido reconocido con 5 premios nacionales por su contribución a incrementar el volumen de las aguas superficiales y subterráneas.

El nivel del agua, que había caído hasta 500 y 600 pies en la zona, se ha incrementado significativamente. Las estructuras descentralizadas de almacenaje en superficie han contribuido a desarrollar otros sistemas como los aljibes o los pozos excavados, y, de esta manera, a mitigar completamente la sequía en la zona cuando no llegan los monzones.

La práctica de excavar pozos a cielo abierto por parte de los pequeños granjeros hace tiempo que era irregular en el altiplano de Malwa de la provincia de Madhya Pradesh debido al bajo nivel del agua. Ahora, los pozos a cielo abierto han vuelto y se han construido 733 pozos bajo el modelo gubernamental desde 2001. Los pequeños agricultores tienen saldada su deuda.

La intensidad y la productividad agrícola se han multiplicado. El propio sistema del mandi, el Mercado de la producción agrícola, se ha realojado para facilitar el comercio de los productos.

La agricultura se ha diversificado, los sistemas de labranza se han mejorado y los granjeros han pasado del monocultivo de la soja al multicultivo basado en el Kharif, Rabi y Zaid (primera, segunda y tercera cosecha).

Muchos otros medios de vida como el de los lácteos o las pesquerías han evolucionado y han aumentado tanto los días de trabajo como los salarios mínimos de las personas.

Se ha reducido el fertilizante necesario por unidad de tierra agrícola. La eficiencia del uso del agua en la irrigación por embalses es superior al 30% comparada con otros tipos de irrigación.

Se ha notado una mejor calidad en la raza del ganado y la productividad de la leche se ha incrementado en un 34% en poco tiempo. El aumento de la disponibilidad de vegetales, pescado, leche, y el aumento en la producción de grano han supuesto un notable cambio en los niveles nutricionales.

En algunos casos, poblaciones enteras se han beneficiado de la irrigación por embalses. La economía se ha transformado, suponiendo un enorme aumento de la productividad agrícola, múltiples opciones de medios de vida y un incremento en el número de jornadas de trabajo. Por ejemplo, la población de Dhaturia en Tonk Khurd tiene 120 hogares y 154 embalses.

La mejora de la biomasa ha aumentado la calidad de los medios de vida para las familias de las granjas. Las mujeres, que antes sufrían la ingrata tarea de buscar agua, ahora contribuyen realmente al crecimiento de la granja. El nivel de asistencia en las escuelas ha mejorado mucho. Además, las viviendas pucca (sólidas) han reemplazado a las estructuras kutcha (chabolas).

Los esfuerzos para la conservación del suelo han supuesto casi un cien por cien de control sobre la erosión en las tierras de las granjas. Sin embargo, el mayor beneficio es el enorme valor añadido a la biodiversidad de la zona, con manadas de ciervos y de antílopes, y con la presencia de varias especies de aves, insectos, reptiles y de diversas especies de flora. El microclima ha cambiado, frenando las condiciones extremas del clima.

>> Más información sobre 'Estrategia de comunicación para el cambio social y de comportamientos para la promoción de tres prácticas clave y el uso adecuado de los servicios'

Antecedentes

La región del Trópico seco hondureño es una zona árida donde los recursos hídricos sufren fuertes presiones. En el sector agrícola, se observa una disminución de la cantidad de agua disponible y el nivel de la capa freática baja varios metros durante la estación seca, provocando el secado de los pozos superficiales. La calidad del agua resulta también problemática debido a la sedimentación y al vertido de desechos orgánicos y sólidos en las corrientes de agua.

En la región objeto del proyecto, las precipitaciones están desigualmente repartidas en el tiempo: muy abundantes entre julio y septiembre, inexistentes entre enero y abril y muy poco frecuentes durante el resto del año. Esta situación, a la que se añade el fenómeno de la evapotranspiración de las plantas, es la causa principal del estrés hídrico vivido por las poblaciones de la región.

Estos factores explican las dificultades a las que se ven confrontados los agricultores y que están en el origen de la inseguridad alimentaria crónica característica de la región. Las crisis alimentarias son cíclicas, estacionales o se ven engendradas por causas repentinas.

La débil productividad de los suelos, la deforestación, el uso de unos sistemas de cultivo inadecuados, la mala gestión del agua y una asistencia técnica insuficientes contribuyen a incrementar la frecuencia y la intensidad de estas crisis.

Para las familias, resulta especialmente difícil satisfacer sus necesidades alimentarias y, casi imposible, hacer de la agricultura una actividad generadora de ingresos. Así, aunque la mayoría de la población de la zona se consagra a la agricultura tradicional y a la ganadería, los ingresos de las familias son especialmente bajos en comparación con otras regiones. Esta realidad se explica principalmente por la débil productividad de la actividad agrícola, a la que se añade una tecnología deficiente.

El estrés hídrico vivido por las poblaciones y su inseguridad alimentaria afectan negativamente a su salud. El consumo de agua contaminada supone una importante prevalencia de enfermedades ligadas al agua. Los bajos rendimientos agrícolas generan por su lado carencias alimentarias.

El proyecto

El proyecto se desarrolla según un triple enfoque que comprende tres medidas complementarias de lucha contra la pobreza: (1) sensibilizar, movilizar y educar a la población a través del arte y la cultura, (2) mejorar la accesibilidad, la gestión responsable del agua y el saneamiento y (3) otorgar microcréditos.

En Honduras, debido a la inestabilidad política, ha resultado imposible desarrollar el componente microcrédito.

El componente gestión del agua comprende varias medidas. En primer lugar, la mejora del acceso al agua a través de la protección y/o el acceso a una fuente y a la captación de agua de lluvia (canalones, depósitos). En segundo lugar, el desarrollo de huertos familiares (con sistemas de irrigación gota a gota) para cultivar una superficie de 20 m2. Se incita a las familias a que planten árboles frutales y forestales que resistan las sequías y constituyan una fuente estable de ingresos. El proyecto comprende también la rehabilitación de letrinas para reducir la escorrentía y la ocurrencia de enfermedades ligadas al agua, la distribución de filtros de agua potable y/o gris para asegurar su calidad así como la construcción de un horno eco-energético. Este último permite disminuir el consumo de madera, contribuyendo a reducir la deforestación así como el humo en el interior de los hogares, lo que está en el origen de diversos problemas de salud. Los centros escolares situados dentro de la zona de intervención también se benefician de estos materiales.

Por lo que al componente pedagógico/artístico se refiere, éste incluye tres ramas de actividad. En primer lugar, se trata de concebir con las comunidades y de presentar a las comunidades beneficiarias así como a los jóvenes de las escuelas de los alrededores un espectáculo multidisciplinar, itinerante e interactivo sobre el tema del agua. La creación artística permite implicar a las poblaciones y sensibilizarlas frente a los retos del agua y a la importancia de preservar el recurso. El componente pedagógico/artístico viene así a reforzar el componente gestión del agua, anclando en el espíritu de las comunidades la idea de la importancia del agua para su desarrollo.

El proyecto comprende también la realización de talleres pedagógicos para los jóvenes sobre el tema del agua a través del teatro, murales, la danza, la música, la radio, las artes circenses y marionetas. Los jóvenes líderes comunitarios se convierten así en embajadores de la causa del agua transmitiendo su saber a su entorno.

Finalmente, el tercer componente pedagógico/artístico del proyecto consiste en la publicación de guías y otras herramientas didácticas sobre el agua.

El proyecto se dirige directamente a 1.350 familias para un número total de beneficiaros de 9.450 personas. En cuanto a las actividades de educación popular, sensibilizan a algo más de 15.000 personas.

La elección de las poblaciones objeto del proyecto Honduras favorece la no-discriminación. Así, el proyecto se dirige a las poblaciones rurales, alejadas y de difícil acceso. Generalmente pobres, con un ingreso familiar anual claramente inferior al salario mínimo agrícola. Además, una importante proporción de las comunidades objeto del proyecto es descendiente de la población autóctona lenka. Estas comunidades son, con frecuencia, marginadas y excluidas de los servicios suministrados a las poblaciones urbanas y semiurbanas. El proyecto permite por tanto atenuar su vulnerabilidad y la discriminación de la que suelen ser objeto.

El proyecto favorece igualmente la autonomía y el fortalecimiento de las capacidades de las mujeres, poblaciones con frecuencia vulnerables y objeto de discriminación. Puesto que son tradicionalmente responsables del cuidado del espacio familiar y por tanto del huerto, las mujeres están activamente implicadas en la puesta en marcha de las actividades. Los jóvenes también participan, pues son actores de cambio especialmente considerados por el componente artístico.

Resultados obtenidos

El proyecto ha mejorado la seguridad alimentaria y la situación económica de las familias permitiéndoles incrementar su producción agrícola. También, el cultivo de verduras posibilitado por los huertos familiares ha permitido la diversificación de la alimentación y la mejora del aporte nutricional, suponiendo una mejoría de la salud de los beneficiarios. Estas familias disponen también de un depósito que ha mejorado significativamente su acceso al agua.

Además, se han distribuido filtros de agua entre las familias, que también disponen de un horno eco-energético. Estos beneficiarios sienten los impactos positivos, especialmente sobre su salud, de una mejora de la calidad del agua y del aire en el interior de los hogares. Además, los hornos eco-energéticos reducen el tiempo consagrado a la colecta de madera por las mujeres y las niñas y/o reducen el coste de compra de dicha madera. El tiempo y el dinero ahorrados pueden ser por tanto utilizados para otros fines.

>> Más información sobre el proyecto